¿Tu pequeño se tragó un chicle? Esto es lo que debes hacer

  • hace 7 meses

Quizás no te diste cuenta y en la última fiesta infantil a la que asistió tu pequeño enconró goma de mascar (chicles) en la mesa. Por supuesto, él o ella quedarán encantados con el sabor y la textura de esta golosina, tanto, que masticarán y masticarán sin parar. Desde ya te recomendamos no intentar quitárselo de la boca, en su lugar, te decimos cómo reaccionar y qué hacer en caso se lo pase. 

Si te preocupa la salud de tu hijo, considera un seguro de salud y consulta con profesionales médicos para garantizar su bienestar. A continuación te compartiremos 5 puntos a considerar frente a esta situación:

1. No se lo quites de la boca

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El chicle junto a las demás golosinas deben mantenerse lo más lejos posible de tu hijo, pero si de pronto te das cuenta que ya lo tiene en su boca, no intentes quitárselo, al contrario, deja que siga masticando, ya que ese será un momento educativo. Deberás enseñarle que el chicle se debe masticar y luego expulsar, nunca pasarlo.

No existe una edad adecuada para que los peques empiecen a comer chicle, sin embargo, se estima que a los 5 años de edad ellos ya deberían saber que los chicles se deben desechar una vez que desapareció su sabor. 

2. ¡Se lo pasó!

Si te das cuenta que se pasó el chicle, no debes alarmarte. Ten presente que eso de que "se quedará pegado en su estómago" es solo un mito y la verdad es que, si bien esta golosina puede soportar los ácidos estomacales, finalmente será expulsado del organismo como los demás alimentos, a través de las heces.  

3. Los riesgos de tragarse el chicle

Si bien un pedazo de chicle será eventualmente desechado por el organismo de nuestros pequeños, el riesgo se pone en evidencia cuando la cantidad de chicles excede las 5 unidades, lo que pudiese ocasionar que se atore en la abertura del esófago y provocar asfixia o incluso la obstrucción del intestino, razón por la cual habría que recurrir a una intervención quirúrgica. 

Si notas que tu hijo deja de ir al baño con la misma frecuencia que lo hacía, podría tratarse de un bloqueo intestinal. También puede presentar vómito de color amarillento o verdoso; ambos síntomas nos indican que hay que asistir a urgencias a la brevedad e indicar que el niño se ha tragado los chicles. 

4. Consecuencias en la salud 

Descartado el mito de que el chicle se queda pegado en el estómago del niño, queda conocer las verdaderas consecuencias de consumirlo.

  • Masticar chicle provoca que el niño trague aire, lo que puede ocasionar fuertes dolores e inflamación abdominal por estar en constante ingesta de saliva. Mandar señales falsas al estómago activará más los ácidos, pues este creerá que debe digerir ese alimento. Esto produce gases y otros problemas gastrointestinales.
  • Al poseer altos niveles de azúcar causan daño a la salud bucal, ya que, al quedar adherida el azúcar a las piezas dentales, propicia la aparición de las caries. Aprovecha y lee sobre cómo cuidar los dientes.
  • Existen chicles "sin azúcar" en el mercado pero éstos son fabricados con componentes químicos como el sorbitol, conocido laxante que podría ser tóxico y provocar fuertes dolores estomacales y diarrea. 

5. ¿Existen beneficios de comer chicle?

Solo con la intención de darte una información completa, te mencionamos los 'beneficios' de comer chicle. Ojo, no es que recomendemos su consumo, mucho menos en niños, pero es bueno que sepas en qué casos se aconseja masticarlo: 

Reduce la acidez en la boca. Mascar chicle aumenta al doble el flujo de saliva, lo cual es su mayor beneficio ya que la saliva es capaz de producir enzimas que neutralizan el ácido de alimentos y bebidas que se quedan en la boca.

Suprime el apetito. Investigadores de la Universidad Estatal de Louisiana descubrieron que las personas que mascan chicle tres veces por hora después del almuerzo comen menos golosinas ricas en calorías. “Al mascar un chicle dulce, se reduce el antojo de comer cosas dulces”, mencionan los investigadores. 

Calma la ansiedad. Mascar chicle tiene un efecto calmante. Un estudio realizado en Australia demostró que reduce la ansiedad en más del 17% en situaciones estresantes, algo que podría deberse al mayor flujo de sangre al cerebro.

Ayuda contra la acidez estomacal. El mayor flujo de saliva facilita el paso de los alimentos sólidos y líquidos a lo largo del esófago, y ayuda a neutralizar el ácido en este órgano. Hay que elegir chicles con sabor frutal y evitar los de menta, ya que ésta última agrava la acidez porque relaja el esfínter esofágico inferior y permite el reflujo. 

Ya lo sabes, si tu pequeño le encuentra el gusto a masticar chicle, edúcalo sobre su consumo y si llega a pasárselo, espera a que lo expulse, eso sí, mantente alerta ya que de presentar síntomas deberás llevarlo al médico.  

Fuentes: eresmama.com / selecciones.com.ar

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