Los fenómenos naturales son cambios en la naturaleza que suceden por los constantes movimientos y transformaciones en los ecosistemas. La lluvia, los vientos, los sismos o el desgaste natural del suelo, por ejemplo, son fenómenos naturales que pueden amenazar en la vida de las personas. Sin embargo, cuando la población no está preparada para la venida de dichos fenómenos, estos pueden convertirse en emergencias y generar desastres.
Es por ello que el dicho “Más vale prevenir que lamentar” calza muy bien cuando hablamos de fenómenos naturales, ya que si bien debido a las grandes vulnerabilidades que tenemos, estos se pueden convertir en riesgos y luego en emergencias y desastres; existe también la posibilidad de reducir y manejar de la mejor manera sus efectos. Esto se logra a través de la prevención y mitigación, que son un conjunto de acciones para asegurarnos de que no suceda una emergencia o desastre o, si suceden, que no nos perjudique tanto como podría.
Esto significa que si bien la mayoría de los fenómenos naturales no pueden impedirse, sí podemos reducir los daños que causa. Por ejemplo, se puede evitar pérdidas en un sismo si construimos casas más resistentes y en lugares donde el suelo sea sólido.
Tú también puedes identificar las mejores prácticas de prevención y mitigación en tu hogar y escuela para mantenerte siempre preparado.
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