Las emergencias pueden presentarse en cualquier momento, y nadie está exento de enfrentarlas. Desde terremotos hasta incendios o situaciones inesperadas en la calle, estar preparado es fundamental para protegernos y mantener la calma. Para los niños, que suelen reaccionar con miedo o confusión, es aún más importante que cuenten con herramientas que les permitan actuar con seguridad y serenidad. Es por esta razón que hoy queremos compartir contigo algunos consejos sencillos que pueden ayudarte a calmar a tus hijos en caso de una emergencia.
La clave está en la prevención
Hablar de emergencias en familia no tiene por qué ser un tema que genere ansiedad. Por el contrario, preparar a tus hijos para saber cómo actuar puede brindarles confianza y, en el momento necesario, marcar la diferencia. Una buena estrategia incluye:
- Crear una mochila de emergencia: Asegúrate de que cada miembro de la familia tenga una mochila con lo esencial: agua, alimentos no perecibles, linterna, baterías, documentos importantes, un cambio de ropa y medicamentos necesarios. Explícales a tus hijos qué contiene la mochila y por qué es importante.
- Realizar simulacros: Practicar con tus hijos qué hacer en distintas situaciones de emergencia, como un incendio o un sismo, los ayudará a reaccionar mejor si ocurre de verdad. Los simulacros no solo refuerzan lo aprendido, sino que también disminuyen el miedo a lo desconocido.
- Crea una plan de emergencias familiar: Acordar acciones o lugares de encuentro en caso de una emergencia, es una gran manera de hacer que los niños se sientan en control ante una situación de peligro. Crea un plan de emergencia familiar junto con tus hijos para que todos estén realmente enterados de cuáles son las acciones que deben tomar en una situación de riesgo.
Consejos para mantener la calma en una emergencia
En una situación de emergencia, la prevención es clave para actuar de manera eficiente, pero es muy importante que los niños estén calmados dentro de lo posible para que sigan el plan que han definido como familia, puedan tomar decisiones, seguir indicaciones y ponerse a salvo. Aquí tienes algunos consejos generales que puedes enseñar a tus hijos:
- Empieza por el ejemplo: Podemos pedirle a los niños que guarden la calma, pero si nosotros no hacemos lo mismo, será imposible que ellos lo logren.
- Respira profundo y no entres en pánico: Recuérdales que detenerse un momento para respirar profundo puede ayudarles a pensar con claridad.
- No corras sin rumbo: Es importante que no se muevan sin un objetivo claro. Enséñales a observar y evaluar su entorno antes de actuar y, si es necesario, buscar un lugar seguro.
- Recuerda lo que hemos practicado en los simulacros: La práctica constante hace que las acciones se vuelvan automáticas en momentos de estrés. Motívalos a pensar en lo aprendido.
- Busca la ayuda de un adulto y explica lo sucedido: Si tú no estás con ellos, podrían sentirse desorientados o en peligro, por lo que deben saber que pueden acudir a un adulto de confianza y ser claros al explicar cuál es la emergencia y qué necesitan.
- Todo va a pasar: Repíteles muchas veces que la emergencia va a terminar y todo pasará. Esta certeza puede ayudarlos a mantener el control y la calma durante un desastre natural o cualquier otra situación de peligro.
- Abrázalos fuerte: Nada auyenta el miedo con tanta fuerza como un gran abrazo de maá o papá.
- Memoriza un número de teléfono: Es indispensable que los niños memoricen al menos un número de contacto de algún familiar o amigo cercano que pudieran contactar en caso de emergencia.
- Protégete antes de ayudar a otros: Aunque querer ayudar a alguien más es natural, deben asegurarse primero de estar a salvo para no exponerse a más peligro.
- Repasa periódicamente el plan de acción familiar: Para que tus hijos sepan sin lugar a duda lo que deben hacer ante una emergencia, es indispensable hacer un plan familiar y tenerlo muy claro.
Prevenir es proteger
Hablar con tus hijos sobre qué hacer en una emergencia no significa alarmarlos; significa prepararlos para enfrentar imprevistos con confianza. Involúcralos en la creación de planes familiares de emergencia y haz que participen en simulacros, pues estas acciones los empodera y les da la seguridad de que sabrán cómo actuar. Recuerda: la calma es contagiosa. Si tú les demuestras tranquilidad, ellos también aprenderán a mantener la calma y tomar decisiones acertadas cuando más lo necesiten. Trabaja en alimentar su seguridad y confianza para que no quede duda de que están preparados para todo, esto les dará las herramientas que necesitan para estar tranquilos y esperar a que la emergencia termine.
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