Las cortaduras o laceraciones pueden variar en gravedad según la profundidad de la abertura en la piel. Si la herida llega solo a la superficie, hablaremos de una cortadura menor. En cambio, si llega a tejidos más profundos como músculos, tendones, nervios, vasos sanguíneos o incluso huesos, se trata de una herida grave que deberá ser atendida por un especialista.
De no ser atendidas oportunamente, las cortaduras pueden llegar a infectarse trayendo problemas más serios. Por ello, si un alumno presenta un corte leve, puede ayudarlo siguiendo los siguientes pasos:
- Antes que nada, lávese las manos con jabón o gel antibacterial para prevenir una infección.
- No suponga que la herida se encuentra limpia, ya que no podremos ver fácilmente las bacterias o la suciedad en ella. Por ello, lávela siempre con abundante agua y un jabón suave, nunca aplique alcohol o alguna otra sustancia dentro de la herida, pues el daño ocasionado podría ser mayor.
- Use presión directa para detener el sangrado.
- Si se trata de una punción, no hurgue para retirar restos de la herida. Será mejor que sea atendido por un médico.
- Puede aplicar una crema o solución antibacteriana alrededor de la herida, pero nunca dentro de ella, y un vendaje limpio que no se pegue a la herida.
Tome en cuenta que las heridas por mordeduras, punciones, o que se encuentran sucias o en determinadas partes del cuerpo como los pies son más propensas a infectarse, por lo que una atención rápida es lo mejor. Si tenemos frente a nosotros una herida que sangra de manera profusa, es importante acudir al centro médico más cercano de manera inmediata. Por otro lado, si la herida es ocasionada por un objeto punzocortante que está incrustado en el cuerpo, este no debe ser retirado jamás, pues podría ocasionar un sangrado aún mayor. Los únicos indicados para actuar ante estos casos, son los profesionales de salud.
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