¿Tu hijo sufrió un desmayo? Calma, aquí te enseñamos qué hacer

  • hace 4 días

Un desmayo puede ser una experiencia realmente aterradora para cualquier persona, pero es especialmente alarmante cuando se trata de tu hijo. Aunque con frecuencia puede tratarse de un evento circunstancial en el caso de un niño, es importante saber cómo actuar en el momento y qué pasos seguir para garantizar la seguridad de tu pequeño. En este artículo, te explicamos las causas más comunes de un desmayo, cómo actuar durante y después del episodio, y cuándo buscar atención médica.

¿Qué es un desmayo y por qué ocurre?

¿Tu hijo sufrió un desmayo? Calma aquí te enseñamos qué debes hacer

Un desmayo, conocido médicamente como síncope, ocurre cuando hay una disminución temporal del flujo sanguíneo al cerebro, lo que provoca una pérdida breve de la conciencia. Puede durar solo unos segundos o minutos. En niños, las causas más comunes incluyen:

  • Deshidratación: La falta de líquidos en el cuerpo afecta la circulación sanguínea.
  • Hambre: Bajos niveles de azúcar en la sangre pueden causar desmayos.
  • Estrés o emociones fuertes: Una experiencia impactante o aterradora puede desencadenar un desmayo.
  • Dolor intenso: Una reacción del cuerpo a estímulos de dolor.
  • Ambientes calurosos o falta de ventilación.
  • Condiciones médicas: Problemas cardíacos, anemia, tumores o convulsiones, aunque claro, afortunadamente, esas causas son menos comunes.

¿Qué hacer si tu hijo se desmaya?

¿Tu hijo sufrió un desmayo? Calma aquí te enseñamos qué debes hacer

Primero que nada, por favor mantén la calma, respira profundo y sigue estos pasos:

Asegura el entorno inmediato

  • Acuesta a tu hijo sobre una superficie plana y segura.
  • Eleva ligeramente sus piernas para mejorar el flujo de sangre al cerebro.

Revisa su respiración y pulso

  • Asegúrate de que esté respirando con normalidad.
  • Si notas que no respira o no tiene pulso, llama de inmediato a emergencias y comienza reanimación cardiopulmonar (RCP) si sabes cómo realizarla.

Despeja el área

  • Afloja cualquier ropa ajustada, como cinturones o cuellos de camisa.
  • Asegúrate de que haya buena ventilación a su alrededor.

Permanece cerca mientras recupera la conciencia

  • Habla con él de manera tranquila para reconfortarlo.
  • No lo levantes de inmediato; espera a que esté completamente consciente y estable.

¿Qué hacer después del desmayo?

Una vez que el episodio ha pasado, observa cómo se siente tu hijo y respondan juntos estas preguntas y, dependiendo de las respuestas, evalùa cuán urgente es buscar atención médica:

  • ¿Tiene otros síntomas? (náuseas, dolor de cabeza, visión borrosa o confusión).
  • ¿Se ha desmayado antes?
  • ¿Hizo algo diferente antes del desmayo? (como ejercicio, mucho calor, o ayuno prolongado).

Si tu hijo sufre un desmayo debes consultar con un pediatra siempre, pero sobre todo si el desmayo ocurrió sin razón aparente, estuvo acompañado de convulsiones o si tu hijo sigue sintiéndose débil o desorientado. Llama a emergencias si el episodio duró más de un par de minutos, hubo un golpe fuerte en la cabeza o tu hijo presenta dificultad para respirar o dolor en el pecho.

Consejos para prevenir desmayos en el futuro

La vida es impredecible y aunque hagamos todo para garantizar el bienestar de nuestros hijos, no siempre podremos asegurar que nada malo o preocupante vaya a suceder. Sin embargo es posible tomar acciones preventivas que disminuyan los riesgos de que tu pequeño sufra un desmayo, así que: 

  • Mantén a tu hijo bien hidratado: Asegúrate de que tome suficiente agua durante el día.
  • Fomenta una dieta equilibrada: Evita ayunos prolongados y ofrécele snacks saludables.
  • Cuida sus niveles de actividad física: Haz pausas en el ejercicio intenso y evita que se exponga a ambientes muy calurosos.
  • Detecta patrones: Si los desmayos se repiten, lleva un registro y compártelo con el médico.

Si tu hijo se desmaya es perfectamente normal que te sientas asustado, pero con una respuesta tranquila, informada y adecuada, puedes mejorar la situación rápidamente. Presta atención a las señales antes, durante y después del episodio y no dudes en buscar ayuda médica si algo no luce bien. Recuerda que la prevención y el seguimiento son clave para cuidar a tu pequeño.

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