Los niños son activos, corren, saltan, gritan, trepan, ruedan y a veces giran hasta marearse y es perfectamente normal. Ellos están en constante movimiento y las caídas y los golpes suelen ser inevitables. Con suerte los raspones, sacudidas y moretones son la consecuencia de este juego intenso y feliz, sin embargo, algunos accidentes pueden resultar más graves y provocar lesiones como fracturas, esguinces y luxaciones. ¿Sabes cómo luce una luxación y cómo actuar frente a ella? Hoy te contamos todo lo que necesitas saber para atender a tu pequeño de manera adecuada en caso fuera necesario.
¿Qué es una luxación?
Una luxación es una lesión que ocurre cuando un hueso se desplaza fuera de su articulación, es decir, pierde su posición normal. Esto suele suceder por un golpe fuerte o una caída, lo que provoca que los extremos de los huesos pierdan su alineación natural. Las articulaciones más propensas a sufrir luxaciones en los niños son las del hombro, codo, dedos y rodillas.
A simple vista esta lesión puede confundirse con un esguince fácilmente, pero la diferencia entre radica en que en la luxación hay un desplazamiento total del hueso de su articulación, mientras que en el esguince se dañan los ligamentos que rodean la articulación sin que el hueso salga de su lugar.
¿Cómo se produce una luxación?
Las luxaciones suelen ocurrir por movimientos bruscos o traumas directos en la articulación y los momentos de juego son el escenario ideal para que se produzca una. Algunas de las causas más comunes en los niños incluyen:
- Caídas: Las caídas durante el juego, en parques o actividades deportivas son la causa principal de luxaciones en los niños.
- Accidentes deportivos: Deportes de contacto como el fútbol o el baloncesto pueden generar luxaciones debido a choques o movimientos forzados de las articulaciones.
- Estiramientos bruscos: En el caso de los niños más pequeños, un estiramiento brusco del brazo al levantar al niño de manera incorrecta puede provocar la conocida "luxación de codo" o "codo de niñera".
Síntomas de una luxación
Si tu hijo ha sufrido una luxación, algunos de los síntomas que podrías notar incluyen:
- Dolor intenso: El niño se quejará de dolor en la articulación afectada.
- Deformidad visible: El área lesionada puede verse fuera de lugar o con una forma anormal.
- Inmovilidad: El niño puede ser incapaz de mover la articulación.
- Hinchazón: La zona lesionada puede inflamarse poco después del accidente.
- Moretones: Puede haber aparición de moretones alrededor de la articulación.
¿Qué hacer si tu hijo sufre una luxación?
Si sospechas que tu hijo ha sufrido una luxación, lo más importante es mantener la calma y actuar de manera adecuada siguiendo estos pasos:
Inmovilizar la articulación: Evita mover la articulación afectada y trata de mantenerla en la posición en la que quedó después de la lesión. No intentes recolocar el hueso, ya que esto puede empeorar la lesión o causar daño adicional.
Aplicar hielo: Coloca una bolsa de hielo (envuelta en un paño) sobre la articulación para reducir la hinchazón y aliviar el dolor. No apliques hielo directamente sobre la piel para evitar quemaduras.
Buscar atención médica inmediata: Una luxación es una urgencia médica, por lo que debes llevar a tu hijo a la sala de emergencias o al pediatra lo antes posible. Un médico es el único capacitado para recolocar el hueso de manera segura y evaluar la gravedad de la lesión.
No ofrecer alimentos: En caso de que tu hijo necesite cirugía de emergencia o anestesia para recolocar el hueso, es mejor que esté con el estómago vacío. Por ello, evita darle alimentos hasta que sea evaluado por el médico.
Tratamiento de una luxación
El tratamiento de una luxación varía según la gravedad y la articulación afectada. El proceso comienza por la reducción de la luxación, que es el proceso mediante el cual el médico recoloca el hueso en su posición normal. En algunos casos, esto se puede hacer de forma manual, y en otros, puede requerir anestesia local o general para aliviar el dolor y permitir la manipulación del hueso. Después de recolocar el hueso, la articulación suele inmovilizarse con una férula, un cabestrillo o yeso durante un período determinado para permitir que los tejidos se curen.
Una vez que la articulación está curada, es posible que el médico recomiende ejercicios de rehabilitación o fisioterapia para restaurar el rango de movimiento y fortalecer los músculos alrededor de la articulación.
Posibles complicaciones de una luxación
Aunque muchas luxaciones se curan completamente con el tratamiento adecuado, existen algunas complicaciones que pueden surgir:
- Lesiones en los nervios o vasos sanguíneos
- Inestabilidad recurrente
- Rigidez o pérdida de movilidad
Prevención de luxaciones en niños
Los niños juegan todo el tiempo y es que este es su lenguaje por excelencia. Es por este motivo que prevenir las luxaciones es casi imposible, sin embargo podemos aplicar algunas estrategias para reducir los riesgos, como por ejemplo:
- Supervisión adecuada: Acompañar el juego de manera vigilante para detectar situaciones de riesgo.
- Uso de equipo de protección: Asegurarse de que los niños utilicen equipo de protección adecuado, como rodilleras, coderas o cascos.
- Técnicas adecuadas: Si tu hijo practica deportes, asegúrate de que reciba un entrenamiento adecuado en técnicas seguras para evitar lesiones.
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