Las torceduras o esguinces de tobillo suelen ser lesiones comunes, especialmente en personas que practican deportes. Sin embargo, cualquiera y a cualquier edad puede sufrir de ellas por resbalarse caminando cuesta abajo, meter el pie por accidente en un hoyo o simplemente por apoyar mal el pie.
Un esguince de tobillo sucede cuando los ligamentos que se encuentran alrededor de la articulación del tobillo se distienden demasiado o se desgarran, lo que ocasiona una inflamación que provoca dolor, hinchazón y hematomas. Algunos esguinces de tobillo son lesiones que se curan con muy poco tratamiento, al cabo de un par de días. Sin embargo hay otros que pueden ser más graves (hasta grado III) y dejar inhabilitada a la persona por más días y con más dolor.
Los esguinces de tobillo son casi imposibles de prevenir, pero podemos adoptar una serie de precauciones para disminuir las probabilidades de que ocurran:
- Hacer siempre ejercicios de calentamiento antes de hacer deporte, ejercicios o cualquier actividad física. Mantener los tobillos flexibles y la musculatura de las piernas fuerte, puede prevenir que un esguince ocurra en caso de accidente. Existen ejercicios sencillos que protegen nuestros ligamentos y aumentan su flexibilidad.
- Debemos fijarnos siempre dónde pisamos y tener mucho cuidado en caso de pasar por un terreno irregular o con hoyos.
- El cansancio y la fatiga aumentan las probabilidades de accidentes, en ese caso se deberá bajar el ritmo o interrumpir la actividad para evitar malos pasos que puedan ocasionar esguinces.
- De ocurrir un esguince, resulta necesario que la persona descanse todo lo que sea necesario antes de retomar actividades físicas. Si la lesión no se encuentra completamente curada, es probable que una torcedura vuelva a ocurrir y con mayor grado.
- Si se es propenso a esguinces de tobillo, es recomendable el uso de vendajes, tobilleras o calzado de corte alto. Llevar los zapatos de la talla correcta y bien amarrados, ayuda también a prevenir los esguinces de tobillo. Los zapatos de taco, en el caso de las mujeres, es una causa principal de torceduras de tobillo.
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