En un país como el nuestro, en donde los sismos pueden ocurrir en cualquier momento y llegar a tener consecuencias devastadoras, los simulacros son una actividad de gran importancia para la seguridad de cada ciudadano. Dentro de un colegio, esta actividad se torna incluso más importante, ya que se trata de niños pequeños y jóvenes que deben aprender cómo comportarse durante un momento de pánico para evitar causar daños a sí mismos y a sus compañeros.
Sin embargo, muchas veces ocurre que un alumno demuestra poco interés en participar del simulacro o no le brinda la debida seriedad. Esto no solo conlleva a que el aprendizaje sea nulo, sino también a infracciones que podrían poner en peligro la vida de alguna persona en una situación real de peligro.
Para evitar que esto suceda, traemos una lista de las principales cosas que los alumnos hacen mal durante los simulacros de sismo. Conocerlas nos ayudará a estar más atentos y así poder corregirlas:
1. No toman acción cuando suena la alarma y prefieren quedarse en sus asientos o aprovechar la ocasión para empezar con las charlas y bromas. Esto se debe a que no consideran que la actividad sea necesaria o importante.
2. Ignoran el simulacro mientras van bajando las escaleras y continúan platicando como si se tratase del refrigerio. Esto evita que presten atención a los consejos de seguridad.
3. Algunos alumnos aprovechan el momento fuera de clase para utilizar el celular y enviar mensajes, dificultando el paso a otros compañeros y haciendo caso omiso a las advertencias.
4. Intentan regresar al aula porque se han olvidado de algo, tal vez su billetera o el celular. Como no se sienten en verdadero peligro y consideran el simulacro algo absurdo, no entienden cuál es el problema de hacer esto.
5. Creen que es la oportunidad perfecta para escabullirse al baño o pasar por la cafetería a comprar algo de comer, por lo que intentarán pasar desapercibidos entre tanta multitud para escapar de la vista de los profesores.
6. Una vez fuera del edificio, no hacen caso a las indicaciones y prefieren quedarse cerca de su grupo de amigos en lugar de colocarse dentro del punto de reunión establecido.
Debemos insistir y estar pendientes
Como profesores es nuestro deber dar el ejemplo y guiar a los alumnos para que puedan aprender a comportarse adecuadamente durante un temblor o terremoto. Recordemos que muchos de ellos no han vivido un verdadero sismo y su realidad es ajena a las devastadoras consecuencias que conllevan. Esto hace que se muestren fastidiados o no le tomen la debida seriedad a la situación, pero si en algún momento llegase a ocurrir lo peor, asegurarnos que aprendan y sigan las normas podría ser lo que les salve la vida.
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