Desde noviembre, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos viene anunciando la llegada del fenómeno de La Niña, que ya ha sido responsable de inviernos muy fríos y sequías en todo el mundo. Sin embargo, sus efectos en nuestro país están recién apareciendo.
El año pasado, en esta misma temporada, el fenómeno de El Niño azotó las costas del litoral peruano y ecuatoriano, generando múltiples pérdidas humanas y materiales. Como consecuencia de este fenómeno climático, se deriva la Niña, una fase neutral que propicia huracanes en el Oceáno Atlántico y sequías en la zona sur de Estados Unidos y ecuatorial de América Latina.
Pero, ¿en qué se diferencia el fenómeno de El Niño y La Niña? Están relacionados pero los características son diferentes. En el primer caso, la temperatura del mar asciende cuando regularmente son frías; en La Niña, la temperatura del mar disminuye debido a que los vientos se hacen más fuertes y desplazan el agua cálida hacia el oeste del océano Pacífico.
A pesar de estas claras diferencias, La Niña está asociada a un descenso de las precipitaciones en la costa y a temporadas de sequía. Pasa lo contrario en la sierra y selva, donde las lluvias se incrementarán. ENNFEN (Estudio Nacional del Fenómeno del Niño) comunicó que la capital no sufrirá los mismo efectos que el fenómeno del año pasado, es decir, no habrán huaicos o desbordes que destruyeron casas, puentes y carreteras. Las zonas altas de Lima como Yauyos y Huarochirí son las que sí sentirán cambios en su temperatura.
Indeci también indica otras consecuencias indirectas por La Niña y las lluvias intensas en la sierra del país. "Lo que puede haber es que se interrumpa la Carretera Central, se incremente el nivel del caudal de los ríos pero en las alturas. Lo que es la capital no, pero puede afectar el abastecimiento", señala el jefe de la insititución.
Toma las precauciones debidas para afrontar este fenómeno climático y educa a tus hijos para prevenir sus posibles efectos.
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