Las heladas son fenómenos que ocurren en las zonas altoandinas de nuestro país entre los meses de mayo a setiembre, donde el invierno se manifiesta con temperaturas muy bajas que llegan hasta por debajo de los 0 grados centígrados. Por ejemplo, en la región de Puno, las temperaturas han alcanzado valores inferiores a los menos 30 grados centígrados. Las heladas son períodos de descenso brusco de temperatura con de duración prolongada, se presenta con nevadas y granizadas.
Así como en la sierra, también se presentan descensos de temperatura notable en la selva peruana, a estos se denominan friajes, y tienen también efectos contraproducentes en la población. Es de duración corta, se presenta con lluvias y vientos fuertes.
Las heladas y friajes traen efectos negativos como:
- Problemas de salud con incremento en los casos de infecciones respiratorias agudas.
- Cierre de los servicios comunitarios por el clima extremo, que presenta lluvia, granizo o nieve permanente.
- Baja en la producción agropecuaria por el deceso del ganado y vegetación muerta ante las temperaturas bajas e inundaciones.
- Muerte de personas a causa de enfermedades infecciosas agudas.
Para enfrentar las heladas o friajes los docentes tendrán en cuenta:
- La conformación de la Comisión de Gestión del Riesgo y Brigadas, con sus respectivos planes de gestión y contingencia ante heladas o friajes.
- Charlas y Capacitaciones a la Comunidad Educativa.
- Impedir que sus niño(a)s asistan a las escuelas cuando presenten síntomas de alguna enfermedad, para que no contagien a sus compañeros.
- Acopiar alimentos de la zona, y si son envasados tener en consideración que las fechas de caducidad sean adecuadas; colocar agua hervida en botellas, recolectar leña, estiércol, u otros materiales que sirvan como combustibles, ya sea para cocinar o para generar calor en las noches.
- Evitar la exposición de lo(a)s estudiantes a corrientes de aire frío, y coordinar para que esa prioridad suspenda cualquier otra cómo el uso del uniforme escolar o formaciones en el patio.
- Promover el consumo de loncheras nutritivas con productos de la localidad: alimentos energéticos (por ejemplo, mashica, ponche de habas), frutas y la ingestión de líquidos y mates tibios o calientes (hierbas aromáticas, coca, muña) así como mantenerlos en actividad física con dinámicas lúdicas dentro de la clase.
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