Si alguna vez te has preguntado cómo es que tu bebé se movía con tanta facilidad y rapidez dentro tuyo, pues te contamos que él se encontraba "nadando" en la placenta que lo protegía. Cuando nacen y los obligamos a abandonar ese "acuático" espacio, ellos no quedan muy contentos y podemos comprobarlo cada vez que los bañamos y empiezan a chapotear contentos. Es esos momentos deberíamos preguntarnos: ¿No sería buena idea inscribirlos en clases de natación? ¿Será que son muy pequeños?
Matricular a los bebés en clases de natación es una excelente idea y no, no son muy pequeños. La natación es el deporte ideal para ellos, ya que pueden practicarlo incluso antes de aprender a caminar o gatear; y lo más importante, es uno de los mejores métodos de estimulación temprana y fortalecimiento de su salud en general. ¿Quieres saber cuáles son los beneficios? Aquí te los contamos.
- El ambiente de juego y placer, unido a los componentes físicos (agua, movimiento, calor), ayuda a que desarrollen sus reflejos y concentración.
- Ayuda al bebé a obtener un mayor desarrollo físico – motor.
- Adquiere una mayor coordinación en sus movimientos.
- Refuerza el sistema respiratorio del bebé, ya que aprende a respirar mejor y de ese modo eliminar la mucosidad de la nariz.
- Refuerza la relación entre padre e hijo y aprenden a conocerse mejor.
- Aumenta la confianza en sí mismos y se sienten mucho más seguros.
- Estar en contacto con otros niños, los hace mucho más sociables.
- El deporte hace que se relajen y gasten energías, por ende su apetito y sueño mejoran.
Ten en cuenta que la edad ideal para empezar a practicar la natación es a los seis meses, antes de ese tiempo, mejor es estimularlo solo durante sus horas de baño, manteniendo el agua a una temperatura justa.
De igual manera, debes saber que durante estas clases, tu bebé solo aprenderá a flotar y a realizar por sí mismo diversos movimientos en el agua. No esperes que aprenda a nadar como tal, pues su sistema locomotor recién estará listo para ello a los 4 años de edad.
Finalmente, recuerda que cada bebé reacciona de manera diferente a su primera lección, algunos pueden mostrarse alegres y otros pueden sentirse un poco inseguros. Es importante que respetes su tiempo de adecuación y no le exijas demasiado, pues el objetivo es que recuerde sus felices días nadando dentro de ti y no que termine temiendo u odiando el agua. Ahora que ya sabes todo esto, ¡a nadar!
Con información de VIX y Guía Infantil
Comentarios