Muchas veces creemos que es imposible decirles que no a los más pequeños de la casa, ya que están acostumbrados a que les aceptemos todo sin chistar. A la larga, evitar las negativas puede ser contraproducente para su crecimiento emocional y podríamos alentar en ellos conductas complicadas para su vida adulta.
Por eso queremos dejarte una pequeña lista para que sepas cómo decirle “NO” y que lo entiendan de la mejor manera.
1. Encuentra el término medio
Lo ideal es encontrar un balance entre el SÍ y el NO. Es importante que dejemos las negativas para situaciones donde las normas sean inquebrantables o cuando lo que piden puede causar algún tipo de daño.
2. El “simplemente porque no” no sirve
Los niños necesitan saber y entender el motivo de nuestra negación. Sé paciente y explícale el por qué de las cosas, escoge las palabras adecuadas, de esta forma logrará entenderte y aceptará tu decisión.
3. Busca alternativas
Para que no lo tomen de mala manera, busca la forma de cambiar su proposición, es decir, transforma el mensaje diciéndoles que pueden hacer algo similar a lo que ellos piden. Por ejemplo: "No irás al cumpleaños de tu amigo, pero puedes invitarlo a jugar un fin de semana".
4. Establece reglas de comportamiento claras.
Antes de que suceda algo, anticípate. Aclararle las normas de la casa o del lugar donde se encuentran hará que el niño piense antes de hacer o pedir algo, tomará la mejor decisión y así evitará el temido "NO".
5. Enséñale a leer los signos y sonidos.
La comunicación que tengas con el niño o niña durante sus primeros años es muy importante. Que tu hijo conozca ciertos signos o sonidos que hagas cuando te pida algo, lo mantendrá al tanto de tu reacción. Cuando empieces a hacerlo, con solo mirarte, tu hijo sabrá si apruebas o no su forma de actuar.
Los niños pueden aprender a aceptar los "NO" si se les muestra señales, el secreto está en educarlos con mucha paciencia y buen humor. Recuerda que sobreprotegerlos no es un buen camino, ellos también deben estar preparados para valerse por sí mismos y enfrentar sus propios problemas.
Fuente: Guía Infantil
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