Durante su crecimiento, muchos niños tienen un compañero especial que no necesariamente es de carne y hueso, al que llevan a todos lados y aman por sobre todas las cosas; no importa si está un poco sucio o si ha envejecido hasta perder alguna parte de su estructura, para ellos siempre será el mejor.
Según los psicólogos, este inseparable amigo (que suele ser un osito de peluche, una muñeca, un juguete de acción o una mantita) es un objeto transicional que utilizan los niños para sentir compañía, consuelo y mayor seguridad cuando van a dormir, jugar, mirar tv o incluso atravesar momentos emocionalmente difíciles.
La mayoría de especialistas coincide en que alrededor de los 3 o 4 años, los niños deciden por si solos dejar a su fiel compañero; pero, ¿qué sucede cuando el niño ya cumplió 5, 6 o hasta 7 años y aún sigue aferrado a su amiguito? En esos casos es necesario que le des ese empujoncito que le hace falta para dejarlo de una vez por todas. No entres en pánico, aquí te decimos como hacerlo.
- Deja que lleve varios juguetes cuando salgan a algún lugar, así asociará diversión y compañía a diversos objetos y no solo a uno.
- Establece la regla de que el osito no puede ir con ustedes a todos los lugares y que a partir de ahora debe quedarse “durmiendo” en su cama.
- Dedícale atención especial a tu hijo para que se sienta más seguro cuando no está cerca de su osito.
- Elige un día “D” para que se despida de él. Puedes aprovechar transiciones importantes en su vida para hacerlo, como por ejemplo el hecho de que cumpla años, vuelva a la escuela o inicie el verano. Plantéalo como un gran acontecimiento en el que participen varios miembros de la familia y destaca que sucederá porque ya se ha convertido en un niño mayor.
- Elogia la independencia que demuestra ahora que ya no lleva el osito con él a todas partes y demuéstrale que puede realizar muchas más actividades (ayudarte con las bolsas, subir al columpio solo) ahora que ya no está su fiel amigo todo el tiempo.
Siguiendo estos consejos, lo más seguro es que, cuando menos te lo esperes, tu hijo esté listo para dejar a su fiel compañero. No te desesperes más de la cuenta, recuerda que con los niños la paciencia siempre será la clave.
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