¿Cómo saber cuándo aplicar frío o calor a una lesión de tus pequeños?

  • hace 1 año

¿Sabías que la aplicación de frío o calor en una lesión depende del tipo y su gravedad? El uso terapéutico de la temperatura es muy común, pero muchas veces no se aplica de la forma correcta o para la patología adecuada. Es muy importante conocer bien en qué caso colocar frío o calor, y tener en cuenta algunas recomendaciones generales para la aplicación. En esta nota, te explicamos cómo hacerlo correctamente.

¿Qué efectos tiene el frío en las lesiones?

La aplicación de frío sobre una zona determinada del cuerpo tiene los siguientes efectos fisiológicos:

  • Disminución del diámetro de los capilares de la zona en la que se aplica. Esto produce una disminución del riesgo sanguíneo, la frecuencia cardíaca y el metabolismo.
  • Analgésico (disminuye el dolor).
  • Antiinflamatorio (disminuye la inflamación).
  • Disminuye la contractilidad muscular, reduciendo los espasmos musculares que pueden producir dolor.

¿Cómo se debe aplicar el frío?

Para aplicar frío en una lesión, se pueden utilizar:

  • Bolsas de hielo picado.
  • Bolsa de verduras congeladas, como arvejas. 
  • Bolsas de criogel.
  • Baños de agua con hielos.
  • Cremas y geles que producen efecto de frío.

Para una mejor aplicación, se recomiendan las bolsas de criogel y las cremas y geles con efecto frío, pues son fáciles de colocar y moldeables a la forma del cuerpo.

¿Cuánto tiempo se debe aplicar el frío?

Por lo general, se recomienda aplicar las compresas frías por lo menos unos 5 a 15 minutos, con un tiempo mínimo entre las aplicaciones de 2 horas. Lo ideal es consultar con el médico para que indique el tiempo adecuado según la lesión o patología.

¿Cuándo se puede aplicar?

El uso terapéutico del frío es útil cuando la lesión “está caliente”, es decir, cuando hay un proceso inflamatorio agudo, cuyos síntomas son: enrojecimiento, hinchazón y calor en la zona lesionadaGeneralmente, los especialistas recomiendan aplicar el frío durante los primeros tres días en caso de:

  • Sobrecargas
  • Rotura de fibras
  • Golpes
  • Esguinces
  • Luxaciones
  • Fracturas
  • Tendinitis

Recuerda colocar una tela o toalla entre el hielo y la piel para evitar quemaduras por frío. También debes evitar superar los 30 minutos de aplicación, pues podrías crear una parálisis de frío, además de las quemaduras.

¿Qué efectos tiene el calor en las lesiones?

Cuando aplicamos calor sobre una zona determinada del cuerpo, sucede lo siguiente a nivel fisiológico:

  • Aumento del riego sanguíneo debido a una vasodilatación de los capilares de la zona en donde se aplica. Es decir, los capilares aumentan de diámetro, por lo que el flujo sanguíneo que los atraviesa aumenta. 
  • Disminuye el dolor por su efecto analgésico, debido principalmente al aumento del riego sanguíneo.
  • Se produce una relajación muscular en la zona de la aplicación, lo cual produce un efecto sedante y alivia de fatiga muscular.

¿Cómo se aplica el calor?

Algunas de las formas más comunes de aplicar calor en la piel son:

  • Mantas eléctricas
  • Sacos de semillas
  • Fangos
  • Parafina
  • Lámpara de infrarrojo
  • Cremas y geles que producen efecto de calor

Igual que con la aplicación de frío, es importante que el instrumento con el que aplicamos el calor se adapte a la zona de la lesión. Para ello, lo recomendable es utilizar mantas eléctricas y cremas o geles con efecto de calor.

¿Cuánto tiempo se debe aplicar el calor?

Por lo general, se recomienda aplicar unos 20 minutos. No existe un tiempo mínimo recomendado entre aplicaciones. Lo ideal es consultar con el médico, según sea el caso.

Es importante revisar la zona frecuentemente para comprobar que no se han producido quemaduras en la piel. La sensación de calor debe ser intensa, pero agradable. 

¿Cuándo se puede aplicar?

Se recomienda aplicar cuando se trata de patologías que “están frías” o en aquellas que queremos un aumento de la temperatura. Estas patologías incluyen, por ejemplo, problemas crónicos o lesiones musculares prolongadas en el tiempo. Lo recomendables es aplicar calor pasados los tres días en caso de:

  • Contracturas
  • Lesiones por esfuerzo
  • Mala postura
  • Rigidez
  • Previo al entrenamiento físico (para preparar los tejidos, hacerlos más flexibles y prevenir lesiones)

¿Cómo saber cuándo aplicar frío o calor a una lesión?

¿Qué otros usos terapéuticos tienen el frío y el calor?

El calor puede utilizarse también para:

  • Ayudar a la digestión, ya que la aplicación de calor en la zona abdominal favorece los movimientos del estómago, y con ello se mejora la digestión.
  • Disminuir la presión arterial, debido a la vasodilatación (aumento del diámetro de los capilares). Por ello, puede ser útil en pacientes con picos de hipertensión arterial.
  • Reducir dolores no musculares, como dolor menstrual, dolor por cólico renal, entre otros.

Por su parte, el frío puede utilizarse también:

  • Como antipirético, ya que sabe que disminuye la fiebre alta.
  • Como venotónico, en caso de varices, piernas cansadas, insuficiencia venosa periférica.
  • Para incrementar el número de leucocitos en el organismo, activando el sistema inmune. Se ha demostrado que tomar una ducha fría al día funciona para ello.
  • En el campo de la dermatología, la aplicación de frío se aplica al tratamiento de lesiones superficiales benignas, como las verrugas vulgares, las queratosis seborreicas o los léntigos actínicos.

Aplicar frío o calor a una lesión de forma terapéutica es muy común y funciona, pero hay que saberlo hacer. En cualquier caso, si tienes dudas sobre la aplicación de estas temperaturas, consulta con el médico o pediatra.

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