Los niños son como un motor que no para, siempre de aquí para allá, hablando, jugando y curioseando por todas partes. Entonces, que un pequeño de pronto empiece a mostrar debilidad, apatía y que disminuya su rendimiento en clases no es sino un indicador de que algo pasa. Frente a estos síntomas, la conclusión más acertada podría ser que existe un caso de anemia.
¿Cómo saber si mi hijo tiene anemia?
La anemia se produce cuando la falta de hemoglobina en la sangre dificulta la tarea de llevar oxígeno a todos los tejidos del cuerpo. A menudo, esto ocurre por una deficiencia de hierro o de glóbulos rojos en la sangre, lo que provoca una sensación de fatiga en quienes la padecen. Otros indicadores de anemia son la palidez en la piel y mostrar cierta dificultad para respirar luego de la actividad física.
¿Cómo se supera la anemia?
El tratamiento para esta enfermedad suele ser sencillo. Por lo general, sólo tendremos que ajustar la alimentación de nuestros hijos para asegurarnos de que reciban los nutrientes que hacen falta. Para eso nos debemos preocupar de ofrecerles una dieta balanceada que contenga carnes y verduras, ambas fuentes de hierro. Un médico nos podrá decir la dieta apropiada.
Sin embargo, hay ocasiones en que otras enfermedades pueden estar impidiendo la producción de hierro o el tránsito normal del oxígeno a través de la sangre. Es en esos casos en que el tratamiento se torna más complicado. A veces tendremos que usar algún suplemento para estimular la producción de hierro, así como vitamina B12.
Recuerda estar atento a las señales para poder combatir esta enfermedad que, por lo general, se manifiesta de modo silencioso y es tan perjudicial para los niños, más aun durante su etapa de crecimiento.
Comentarios