Querido diario,
hace mucho tiempo que no escribo y mi hija Lucía me sugirió hacerlo después de verme hablando con las plantas. Sí, hablo con mis plantitas. Es que los niños a veces no entienden que nosotros apreciamos esas pequeñas conversaciones con el reino vegetal. En fin, creo que últimamente me preocupo mucho por Lucía y Tito, no creo que esté mal, soy su madre al fin y al cabo, pero Fernando me ha dicho que ellos también tienen que aprender de sus errores. Lo único que quiero es que sean muy felices, que tengan buenos recuerdos de su infancia y que Fernando y yo también seamos felices con ellos. El abuelo también, por supuesto.
Hace pocos días, ordenando el cuarto de Lucía, encontré una publicidad sobre un concierto. Es del grupo que adora y estaba pensando que ya se acerca su cumpleaños. ¿Una entrada a ese concierto podría ser un gran regalo? Quiero engreír un poco a Lucía ya que siempre llega cansada del colegio y constantemente me ayuda con las tareas de la casa.
Por otro lado, me aterra pensar que puede estar sola en un lugar tan grande con gente que no conoce. ¿Qué pása si hay una emergencia? Un sismo. Ella aún es una niña y me da miedo dejarla. Yo sé que sabrá cuidarse en el concierto pero no puedo hablar por los que estén ahí alrededor suyo. Mi vecina me dijo que le dio permiso a su hija, pero fueron juntas y con otras mamás. Me contó también que nunca vio a su hija tan feliz.
¡Quizás esa sea la solución! Además he leído que es bueno que los niños vayan a conciertos porque les ayuda a desenvolverse, y pensándolo bien, yo no voy a conciertos hace mucho... creo que desde que nació Tito. La clínica también me ha absorbido demasiado tiempo. Claro, consultaré con Fernando antes de tomar una decisión.
Estaré escribiendo pronto,
Adiós!
Comentarios