La irrupción de la tecnología en nuestra vida cotidiana ha traído cambios para todos, desde la forma en la que comunicamos hasta otros efectos en nuestro cerebro. Entre ellos, también hay algunos efectos dañinos que puede ocasionar el uso desmedido de nuestros smartphones, computaduras o tablets, y los niños son los más vulnerables.
Janet Osorio del Castillo, jefa del Servicio de Oftalmología del Hospital Edgardo Rebagliati Martins de EsSalud, comentó en una entrevista que “el uso desmedido de estos dispositivos electrónicos es perjudicial para los menores que se encuentran en edad pre escolar y escolar, debido a que se encuentran en una etapa de crecimiento donde se pueden provocar serios daños en el desarrollo de la visión”.
Cuenta Osorio que el problema principal es la costumbre. Al usar, desde tan pequeños, aparatos fotoluminiscentes que pueden acercar tanto a sus rostros, los niños se acostumbran a ver de cerca los objetos y hacen un mayor esfuerzo para ver algo que escapa de este rango. A la larga, esta modificación en el comportamiento ocasiona un efecto de miopía por acumulación.
Otro efecto complementario es la resequedad en el ojo, pues olvidan parpadear constantemente. Un estudio del Visual Impact Institute de Elssior detectó que hay un mayor número de pacientes que reportan una sensación de resequedad, dolor e irritación al ver. Todo esto ha contribuído a que diversas instituciones empiecen a reconocer la miopía como una posible epidemia relacionada directamente al uso creciente de las nuevas tecnologías.
Para combatir este problema, algunos consejos que dan los especialistas son establecer pequeños períodos de 1 hora para usar aparatos electrónicos y hacer recesos de por lo menos 15 minutos para descansar la visión. ¡Tómalo en cuenta la próxima vez que encuentres a tu hijo pegado al teléfono!
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