¿Tu pequeño no juega con sus compañeros? Descubre por qué y cómo ayudarlo

  • hace 5 años

La timidez es un rasgo de la personalidad de muchos niños, sin embargo, cuando los pequeños se aislan o se sienten incómodos ante la presencia de otros niños, los padres debemos interceder y ver la manera de ayudarlos a socializar. Identifiquemos el porqué de su negativa a jugar con otros y descubramos lo que debemos hacer. 

 

Hay que tener en cuenta que la edad de los niños está relacionada con ciertos comportamientos amicales o de interacción con otros:

  • A las pocas semanas de haber nacido comienzan a sonreír, a buscar miradas y a interaccionar con las personas que tienen alrededor, generalmente con los padres y hermanos.
  • A los 2 o 3 años empiezan a aparecer los primeros signos de timidez y vergüenza, pero, a medida que tu hijo va creciendo, se le pasará.
  • Es a partir de los 3 años cuando empiezan a compartir juegos con otros niños.
  • Si no juega con otros niños y tiene entre 3 o 4 años, es probable que solo sea una etapa de adaptación al cambio.
  • A los 7 años ya son capaces de expresar que no le caen bien a los otros niños. 

 

¿Por qué tu hijo no juega con sus compañeros de clase?

 

Pueden ser diferentes los motivos, pero resaltaremos los más comunes:

 

Ciertamente nos duele ver que nuestro pequeño se siente aislado y que no quiere jugar con nadie, o que ningún compañero quiere jugar con él, pero hay experiencias que los niños deben vivir para construir su carácter y personalidad. 

 

¿Qué hacer para ayudar a nuestros pequeños?

Como padres hay ciertas cosas que podemos hacer por mejorar la interacción de nuestro niño con otros.

 

1. Genera empatía con sus sentimientos

 

Los adultos tendemos a querer solucionar problemas, pero a veces solo escuchar a nuestros hijos y reconocer sus sentimientos es suficiente. Decirles "parece que tuviste un día difícil" o "pareces molesto por algo" puede ser de mucha ayuda. Y si se anima a contarte lo que sucedió, puedes ser condescendiente con él y demostrarle que entiendes lo que le pasa, el objetivo es darle muestras de entendimiento y no de querer solucionar su problema.

 

También podrías preguntarle si quiere un abrazo, ya que cuando un niño se siente rechazado por sus compañeros de clase, un poco de amor extra de parte de mamá o papá puede ser reconfortante.

 

2. Sumérgete en el problema pero no exageres

 

Es difícil ver a nuestros hijos lastimados, pero ten en cuenta que los sentimientos de los niños pueden cambiar rápidamente; el niño que su hijo dice que odia hoy podría ser un amigo favorito la próxima semana o el desacuerdo que lo hizo llorar a la hora de acostarse esta noche podría desaparecer mañana. Los niños carecen de perspectiva y se debe a que simplemente no han vivido lo suficiente como para poder entender los eventos en un contexto más amplio.

 

En tu afán de ayudar a tu pequeño puede ser que quieras contactar al otro padre o hablando directamente con ese niño. No lo hagas, es comprensible que te sientas protector con tu hijo, pero no quieres que el conflicto se extienda a los padres. A menos que su hijo esté en peligro, o sea un caso de intimidación muy grave, generalmente es mejor darles la oportunidad de resolver los desacuerdos por sí mismos.

 

3. Conversa con sus profesores

 

Cada vez que tu hijo llegue con un problema debes tener en cuenta que su versión puede no estar completa. Por ejemplo, tu hijo podría decir que un compañero de clase le dio una patada a su silla y olvidó mencionar que ese compañero ya le había pedido educadamente por primera vez varias veces que se moviera. 

 

Hablar con el profesor de tu hijo a menudo es útil  ya que él o ella ve a tu hijo "en acción" con sus compañeros todos los días y podría ofrecerte información importante sobre cómo actúa tu hijo en relación con los demás o cómo los compañeros de clase responden a su hijo.

 

4. Crea oportunidades para que las amistades crezcan

 

Aunque no puedes hacer amigos por tu hijo, puedes ayudar a preparar escenarios para que crezcan las amistades. Los niños hacen amigos haciendo cosas juntos, involucra a tu hijo en actividades divertidas después del colegio, invita a otra familia a una noche de juegos en conjunto y no olvides asistir a las fiestas de cumpleaños de sus compañeros.

 

5. Recurre a ayuda profesional si es necesario

 

A veces los problemas de amistad requieren ayuda profesional. Si tu hijo está siendo acosado o amenazado en el colegio, debes contactar a su profesor o al director del centro educativo para ayudarlo. Pero si las dificultades sociales de tu hijo continúan durante semanas o meses, es posible que debas consultarle a un profesional de salud mental o probar un grupo de habilidades sociales, donde tu hijo pueda practicar llevarse bien con otros en un entorno seguro y constructivo .

 

Para darte algunas ideas de interacción positiva a través del juego, te compartimos estos ejemplos de juegos no violentos

 

Finalmente, es muy importante que estés al tanto si tu hijo o hija ha cambiado su comportamiento últimamente, si por alguna razón no quiere ir al colegio o no quiere estar con sus amigos, si está más triste o irritable sin tener motivos aparente.

 

Fuentes: eresmama.com / psichologytoday.com

 

 

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