Una intoxicación se produce cuando un elemento tóxico ingresa al organismo desde la vía oral, la vía respiratoria o al contacto con la piel. El daño generado dependerá del tipo de sustancia que se haya consumido, la cantidad de la misma y el tiempo que permanece dentro del cuerpo. En casa, nuestros hijos pueden exponerse a varias fuentes de intoxicación, por ejemplo químicos que se utilizan para la limpieza del hogar, gases como el monóxido de carbono, medicamentos que no se han guardado oportunamente, e incluso alimentos mal conservados.
Por ello, es necesario tomar las medidas de precaución necesarias y educar en casa sobre el manejo de dichas amenazas. En caso algún miembro de su familia sufra de una intoxicación, llame inmediatamente al número de emergencias y siga las siguientes recomendaciones:
- Si el tóxico ha sido inhalado, lleve a la persona a un lugar más aireado para que pueda respirar mejor. También puede abrir puertas y ventanas de manera inmediata.
- Si el tóxico ha tocado la piel, habrá que lavarla con abundante agua, removiendo con cuidado piezas de ropa que hayan podido contaminarse.
- Si el tóxico ha sido ingerido y la persona aún está consciente, se le deberá hacer vomitar pero solo si ha ingerido una sustancia sólida y no corrosiva (p.e. lejía).
Si la persona cae inconsciente o ha ingerido un tóxico corrosivo, deberemos esperar a los especialistas asegurando a la víctima colocándola en posición lateral, aflojando sus ropas y abrigándola con una manta.
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