Las artes marciales son estilos de combate que muchos niños empiezan a practicar como deporte y para defensa personal; entre las más conocidas se encuentran el karate, el kung fu y el judo. Al constar de técnicas de contacto, se debe tener mucho cuidado no solo con las maniobras de ataque y defensa que se van aprendiendo, sino también con el propio cuerpo.
Las artes marciales pueden ser una muy buena forma de desarrollar habilidad y disciplina en los niños, pero una lesión puede suponer días o meses fuera de entrenamiento y diversión. Por ello, comparta las siguientes recomendaciones con sus alumnos, especialmente con aquellos interesados en alguna de estas modalidades de combate:
- Calentar y estirar siempre, lo que asegurará preparación, soltura y amplitud de los músculos antes y después de la práctica del arte marcial.
- Ir poco a poco, sin sobre exigirse, ya que movimientos muy bruscos (por ejemplo, patadas muy altas o golpes fuertes) pueden terminar en daños a los tendones y articulaciones, o pueden terminar por dañar a otros.
- No entrenar todos los días, ni incrementar abruptamente la carga de ejercicio. Se debe dosificar la frecuencia de la práctica empezando con pocas horas o días por semana.
- Practicar en un centro especializado, con profesores certificados que conozcan las técnicas y puedan manejar los niveles según la edad de cada niño.
- En la mayoría de artes marciales existe también equipo de seguridad que consta de guantes, protectores bucales o genitales, y vendas.
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