La fractura de “Toddler”, también llamada fractura de los primeros pasos o del gateador, suele ser algo común en los niños que están aprendiendo a caminar. Aunque no es muy grave, sí puede tener consecuencias tanto físicas como mentales para los pequeños. A continuación, te contamos todo lo que debes saber acerca de este tipo de fractura.
¿Qué es la fractura de los primeros pasos?
La fractura de los primeros pasos ocurre, como su nombre lo dice, cuando el bebé empieza a dar sus primeros pasos. En esta etapa, ocurren muchas caídas y golpes de poco impacto. Sin embargo, los huesos de la pierna del niño todavía no son lo suficientemente sólidos ni están acostumbrados a cargar peso aún, por lo que se pueden ocasionar pequeñas fracturas.
Se trata de una fractura no desplazada de la tibia (un hueso de la pierna) que ocurre en niños pequeños, con edades de entre los 9 meses y los 3 años. Con no desplazada se refiere a que el hueso se parte pero no se mueve de su lugar original.
¿Cuáles son los síntomas de la fractura de los primeros pasos?
Si bien esta fractura ocurre a una edad en la que los niños todavía no saben manifestar exactamente qué es lo que les ocurre o que es lo que les duele, los padres pueden darse cuenta con las siguientes señales:
- El niño no quiere caminar o muestra rechazo a hacerlo. Esto debido a que sienten dolor y prefieren evitar apoyar el pie.
- El pequeño cojea para evitar apoyar la pierna lesionada. Esta cojera puede aparecer repentinamente.
- Al tocar la parte inferior de la pierna del niño, cerca del tobillo, manifiesta dolor o incomodidad.
¿Cómo se diagnostica la fractura de los primeros pasos?
Para diagnosticar este tipo de fractura es necesario acudir a un especialista, quien revisará al pequeño. Es probable que se necesiten radiografías para determinar exactamente lo que ha sucedido y poderle dar el tratamiento respectivo.
El tratamiento consiste en colocarle al niño una férula en la pierna que permita la inmovilización. Según indique el médico, luego de algunos días se podría hacer otra radiografía para ver cómo va la recuperación.
Normalmente, estas fracturas se curan bien y no deja secuelas físicas tras la solidificación del hueso. Sin embargo, recuerda que los niños pequeños no son capaces de razonar como un adulto. Es posible que, tras sufrir esta fractura, tu hijo sienta miedo de seguir aprendiendo a caminar.
Es necesario que tengas mucha paciencia y no lo fuerces ni obligues. Explícale que las caídas suceden cuando se está aprendiendo a caminar y que es parte del proceso.
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