Las hemorragias nasales son frecuentes en la niñez, pueden ocasionarse de manera espontánea por sequedad de la mucosa nasal o tras un golpe en la nariz. Para detener una hemorragia de este tipo, basta con presionar con un dedo el ala de la nariz contra el tabique nasal del orificio que esté sangrando, manteniendo la cabeza en su posición normal.
En caso la hemorragia continúe tras algunos minutos de la presión, se debe realizar un taponamiento nasal utilizando gasa impregnada de agua que no solo absorba la sangre, sino que también ejerza presión sobre el interior de la mucosa nasal. Una vez hecho esto, dejar el tapón por una o dos horas y luego retirar.
Si la hemorragia fue ocasionada por un traumatismo y se observa alguna deformación en la nariz, debe acudirse a un centro de salud de manera inmediata.
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