El bullying es también conocido como acoso escolar, y esto porque ocurre con mayor frecuencia dentro de la escuela, durante las horas de clase o en el recreo. Esta forma de tortura es una de las peores situaciones por las que puede pasar un niño o adolescente, teniendo como consecuencia que la víctima viva en constante miedo, no solo al ir al colegio, sino que su salud mental o física se vea gravemente afectada. Bajo ningún motivo debemos tomarlo a la ligera o asumir que se solucionará por sí solo. En muchos casos las victimas llegan a tener pensamientos suicidas y, más de una vez, estos pensamientos se convierten en parte de las estadísticas.
Cómo reconocer el bullying
Lo primero que necesitamos es saber cómo reconocer una situación de bullying. Esta forma de agresión entre los escolares puede ser física, cuando vemos que un alumno golpea a otro o destruye sus materiales, pero también existe en forma de agresión verbal o psicológica. Si vemos que hay un adolescente que constantemente es motivo de burlas e insultos, incluso intimidación, o que es protagonista de rumores malintencionados, entonces estamos ante un caso de bullying.
El aislamiento social también es una forma de agresión, la cual impide que la víctima forme parte de cualquier grupo o actividad social y sea forzada a estar en constante soledad, llegando al extremo de intimidar a otros para evitar que interactúen con ella.
El acoso sexual es una de las peores formas de bullying y puede ser difícil de reconocer, pues el uso de celulares o redes sociales es una herramienta común que no se detecta con facilidad. Hay que prestar especial atención para evitar víctimas.
Qué hacer cuando esto ocurra
Lo peor que podemos hacer es convertirnos en simples observadores. Si nos encontramos ante un caso de bullying, debemos brindarle apoyo total a la víctima. Ayudarle a entender que no es culpable de la situación y buscar la manera de restaurar su autoestima y confianza. Comunicarse inmediatamente con los padres y hablar con otros maestros para que se pueda seguir de cerca el caso y proceso de evolución. Si es necesario, buscar la ayuda de un terapeuta antes de que sea tarde.
También se debe tratar con el acosador. Explicarle que lo que está haciendo no es un juego, sino un delito, y hacer que entienda las graves consecuencias de sus acciones. Es igual de primordial mantener una conversación con los padres y demás maestros para asegurar que no siga ocurriendo.
En el caso de los observadores, aquellos alumnos que por presión social prefieren quedarse callados y dejar que suceda el abuso, o hasta celebrarlo, hay que ayudarlos a comprender que no se debe hacer algo incorrecto solo por miedo a ser excluidos, y que hacerle frente a estas situaciones es de verdaderos valientes. Si no son capaces de hacerlo, entonces que sepan que basta con informar a un profesor o adulto para ayudar a poner fin a la agresión.
Fuente: http://adolescentes.about.com/od/Escuela/a/Qu-E-Debes-Saber-Sobre-El-Bullying.htm
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