Hay un componente fundamental de tu trabajo como maestra o maestro que consiste en saber llevar una buena dinámica y comunicación con los padres de familia. Especialmente cuando se trata de estudiantes de primaria e incluso kindergarten.
En esa relación con los padres existen una serie de retos y situaciones complejas con las que vas a tener que acostumbrarte a lidiar a diario. Sobre todo cuando te encuentras con papás y mamás que tienen una personalidad un poco arrolladora. También están aquellos que son algo aprensivos y quienes están llenos de buenas intenciones, pero tal vez tienen problemas manejando sus tiempos y los de sus hijos.
Ninguno de los escenarios referidos debería intimidarte, ni mucho menos desanimarte en tu labor si es que recién estás en tus primeros años como profesor. Lo importante en estos casos es tener un protocolo de acción definido en líneas generales y aplicarlo y adaptarlo según la naturaleza del interlocutor. Con paciencia, profesionalismo y claridad es posible cultivar una relación padre-maestro que no sea conflictiva.
Algunos escenarios frecuentes
Existen ciertas conductas o patrones que son relativamente fáciles de identificar en algunos padres y con los que debes conocer cuál es el mejor curso de acción que debes tomar. Veamos ejemplos, algunos de ellos tomados de la guía Teacher Talk!
Interrupciones en reuniones
Escenario: Reunión de padres de familia en la escuela. Te toca presentar los avances de la clase, los proyectos en los que están trabajando y los resultados de las evaluaciones. Pero es difícil proseguir porque hay uno o dos papás y mamás que están levantando la mano constantemente con inquiedtudes específicas relacionadas solo a sus hijos.
Recomendación: Con una sonrisa y una actitud serena explícale a los inquietos padres que te gustaría poder atender sus dudas dedicándoles todo el tiempo y la atención que requieren, por lo que al final de la exposición pueden coordinar una reunión individual en el horario que más les convenga. Puedes anotar en la pizarra tu correo electrónico o teléfono e invitar al resto de padres a que también te contacten en caso tengan dudas o detalles que conversar más en detalle. Es importante que tomes el control de la situación desde el comienzo y que puedas terminar la exposición programada sin dejar que las interrupciones te lleven por el camino de la digresión.
Consejos no solicitados
Escenario: La mamá de uno de tus alumnos te ha citado para una reunión, pero no ha especificado sobre qué quiere hablar. De pronto, una vez iniciada la conversación te das cuenta de que lo que esta persona ha venido a conversar contigo es una serie de propuestas sobre cómo podrías enseñar de otra manera algunos temas y contenidos.
Recomendación: No te lo tomes personal ni como una afrenta a tu trabajo. Muchas veces este tipo de conversaciones no tienen su origen en una mala entraña del papá o mamá, sino en un genuino interés y preocupación. Es por ello que lo mejor frente a ello es argumentar con elementos concretos. Ten contigo los libros de texto que usan, el sílabo, explícale cómo estructuras tu clase, detalla cuáles son algunos requerimientos del Ministerio de Educación para todos los colegios y profesores.
Tardanzas reiteradas
Escenario: Tienes un estudiante que invariablemente llega tarde a clases. No solo es un problema para él, sino que ya causa problemas en el salón la tardanza reiterada de este o varios niños. Son muy pequeños para ir por su cuenta, se trata del papá o mamá que siempre lo deja fuera de hora. A veces también tarda en recogerlo. Por ahí olvida traer algún pedido especial a clase. Hay claramente un problema de organización de tiempo que está perjudicando al niño. ¿Qué hacer?
Recomendación: Pide una reunión con los padres para comentarles tu preocupación por esta situación y a la vez ofrecer algunas sugerencias. Muchas veces, todo es cuestión de ser más rigurosos y prolijos en la organización y programación de actividades. Proponle algunas rutinas simples: preparar la mochila y la lonchera desde la noche anterior, tener un cuadro de tareas en la casa que les puedan ayudar a reducir las actividades que ellos mismos tienen que hacer después de una jornada agotadora de trabajo y antes de que vuelva a comenzar de nuevo.
Por lo demás, hay otras situaciones en las que tal vez te toque un padre que quiera reunirse muy frecuentemente, otro que piense que les dejan mucha o muy poca tarea para la casa a los niños. Al final con todos debes siempre, siempre, escuchar con atención e interés, sin importar si estás de acuerdo o si están equivocados. A partir de eso, ofrece siempre propuestas y respuestas a sus inquietudes. La confianza es crucial.
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