Ocurre en la casa y en el colegio por igual. En primer lugar, conviene estar atentos y no perder la calma. Vamos por partes. Una intoxicación por alimentos tiene su origen en la ingesta de gérmenes, toxinas o químicos nocivos de manera consciente o inadvertida. Puede ocurrir tanto con líquidos como con alimentos sólidos. En el caso de los niños, tiende a ser más difícil determinar de dónde proviene la intoxicación, pero eso no debería ser impedimento para tratar oportunamente la situación crítica.
Los síntomas más comunes son vómitos y diarrea, por lo que el principal riesgo que debe concentrar nuestra atención a la hora de tratar un cuadro de este tipo es la deshidratación. No obstante, conviene estar atentos ante otros posibles síntomas como eruptivas en la piel, irritación, dolores de cabeza, fiebre y problemas para respirar. Esto último, sobre todo, si existiese alguna reacción alérgica de por medio, con lo que el cuadro se complica.
En cuanto a los cuidados y atenciones que puede prestar un maestro estos deben enfocarse en el cuadro de deshidratación, pues, como ya comentamos, si no es tratado oportunamente podría ser muy peligroso. Sobre todo en niños pequeños, que no necesariamente pueden expresar correctamente los síntomas que experimentan.
Algunos signos visibles de deshidratación son:
- Boca y labios secos
- Debilidad
- Irritabilidad
- Mareos
- Manos y pies fríos
Si hay un caso de intoxicación masiva, es necesario trasladar a todos los afectados al centro de salud más cercano. Estos cuadros son todos tratables, pero se debe actuar con calma y celeridad.
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