Las redes sociales han alcanzado a todo el espectro generacional existente, sin embargo el impacto que han tenido en distintos segmentos etarios varía enormemente. Entre los niños y adolescentes que han crecido en medio de esta explosión de la hiperconectividad, redes como Facebook, Twitter, Tumblr, YouTube y similares, forman parte importante de su aprendizaje para socializar y conectarse con el mundo, literal y metafóricamente.
Para quienes nacieron antes y crecieron en un mundo distinto al que tenemos, sin embargo, el incorporarse a estas nuevas dinámicas de interacción y consumo puede ser particularmente difícil, y a veces hasta poco atractivo. “No sé qué le ven”, “no entiendo nada de esas cosas”, “es cosa de muchachos”, son frases que quizás hemos escuchado tanto que pensamos que se trata de un sentimiento común. Sin embargo, para quienes trabajamos con niños y adolescentes, tal alienación voluntaria no es una opción.
Cultivar ese tipo de prejuicios y resistencias hacia las redes sociales y las nuevas tecnologías de la información puede tener un impacto negativo en tu desempeño como docente. Por no hablar de ensanchar las distancias y que sea difícil construir una buena relación con tus estudiantes. Antes de ver a las tecnologías vigentes como el enemigo, bien haríamos en entenderlas a cabalidad para ver de qué modo podemos aprovecharlas a nuestro favor.
El diálogo es el primer paso. Usar espacios en clase para escuchar a tus estudiantes y conocer qué es lo que les apasiona tanto sobre una red social o un juego online te permitirá poder diseñar dinámicas, ejercicios y prácticas que incorporen la lógica de lo que les interesa. O, mejor aún, usar las mismas herramientas que brindan las redes sociales para enriquecer el desarrollo de tu propia clase.
Experiencias de maestros en Estados Unidos y Europa revelan que hay estudiantes cuya participación e interés en clase se torna más activa cuando se les da la oportunidad de usar Facebook, Twitter o alguna plataforma o dispositivo digital para el desarrollo de la clase. Puede comenzar creando un grupo privado en Facebook, soltar una pregunta con un hashtag en Twitter o crear un blog de la clase en el que todos tengan que postear por turnos es una extraordinaria oportunidad.
Solo hace falta apertura de criterio, paciencia y algo de imaginación para convertir esas reservas frente a la tecnología en un plus para la clase. Conéctate.
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