Durante estos días de aislamiento y cuarentena, el delivery se ha vuelto un gran aliado para muchas personas a la hora de adquirir alimentos, medicinas y otros productos básicos. A través de una aplicación o página web, tendrás quien te traiga a tu casa lo que no puedes salir a comprar tú. Para muchos, esta alternativa es la más segura para evitar salir de casa y así tener menos riesgo de contraer el COVID-19. Sin embargo, otros se preguntan: ¿Es seguro (y ético) pedir delivery durante la crisis del coronavirus?
El riesgo de contagio entre repartidor y receptor al momento de recibir el producto existe, dada la cercanía física o el hecho de tocar los mismos objetos, como el dinero o la bolsa. Por esta razón, las compañías de reparto han tomado ciertas medidas de seguridad para seguir repartiendo productos, incluso durante el estado de emergencia.
Empresas como Glovo y Rappi, al igual que repartidores particulares de farmacias y supermercados, siguen operando durante la crisis del coronavirus, pero solo para el reparto de productos de primera necesidad. Esto funciona efectivamente en varios países del mundo de la mano con el Gobierno para contrarrestar la propagación del COVID-19.
Las medidas son similares en todas las compañías. Les proporcionan a los repartidores mascarillas, alcohol en gel y el acompañamiento necesario para cumplir con las medidas de seguridad según la OMS. Asimismo, te dan la opción de hacer tus pedidos de “entrega sin contacto”: por medio del chat, el repartidor dejará tu pedido en la puerta de tu casa. Algunas aplicaciones también te recomiendan lavarte las manos después de recibir y desempacar tu pedido, y procurar pagar por medio digital para evitar el intercambio de efectivo
¿Mi pedido podría estar infectado con el virus?
El miedo a que un paquete contaminado llegue a tu casa es entendible, pero parece que el contagio no se da así. Como repiten constantemente las autoridades, el virus se transmite principalmente a través de las gotículas que una persona infectada emite al toser o exhalar a través de su boca o nariz.
Entonces, ¿el repartidor puede haber contaminado el empaque en donde trajo tu pedido? Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), “la probabilidad de que una persona infectada contamine artículos comerciales es baja, y el riesgo de contraer el virus causante de la COVID-19 por contacto con un paquete que haya sido manipulado, transportado y expuesto a diferentes condiciones y temperaturas también es bajo”.
Por su parte, la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) también se refirió a la baja posibilidad de transmitir el virus a través de los alimentos o de sus envases. De todas formas, es muy importante que deseches los envoltorios adecuadamente y lavarte las manos antes de consumir cualquier alimento. También es necesario que te laves las manos si tuviste contacto con el repartidor que entregó el pedido.
¿Necesidad o capricho?
El delivery es muy útil y necesario para las personas mayores o para quienes, por algún motivo de fuerza mayor, no pueden salir de casa. Sin embargo, no todos los que recurren a este servicio lo hacen por necesidad.
El debate está en la vulnerabilidad de los repartidores, quienes pese a tomar las medidas de seguridad, no están libres de contagiarse. Ellos van de un lado al otro, tocan muchos productos y tienen contacto con los cajeros y otras personas. Por ello, hay que tomar conciencia y no recurrir a los delivery si no es realmente necesario.
Por el bien de todos hay que seguir las recomendaciones de las autoridades. Realiza compras para varios días y así evitarás las salidas frecuentes.
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