Que quede claro: el alcohol es la droga favorita de los jóvenes (y a la que más fácil acceso tienen ¿no?). Empezar temprano –antes de tener 18 años y DNI– acarrea una serie de consecuencias si se bebe demasiado. De hecho, en Estados Unidos este asunto es un problema de salud pública, ya que cada año 5.000 chicas y chicos menores de 21 años mueren como consecuencia del consumo de alcohol.
Peor aún, cada vez es menor el rango de edad en el que se empieza a beber alcohol: en el 2003, la edad promedio del primer consumo de alcohol era 14 años, poco más de tres años menos que los 17.5 del año 1965. Y si empiezas con el trago antes de los 15 años, eres 4 veces más propenso a ser alcohólico en algún momento de tu vida. Y con mayor frecuencia te involucrarás en comportamientos de riesgo: consumir otras drogas (marihuana y cocaína) y tener relaciones sexuales con 6 o más parejas (en ocasiones, sin protegerte).
Además de la cantidad que se ingiere, otro gran problema es que muchos jóvenes consumen entre 4 y 5 bebidas al mismo tiempo, con diversos grados de alcohol y en un lapso de 2 a 3 horas. No extraña entonces la cantidad de problemas suscitados a raíz de una precoz afición al alcohol. Aquí te los listamos para que la pienses antes de ese trago de fin de semana:
1. Efectos cerebrales. Si bien es una tarea difícil, los científicos están examinando cómo el alcohol afecta al cerebro en desarrollo. Y aunque los cambios sutiles en la masa gris son casi indetectables, lo cierto es que hay un impacto en las habilidades de pensamiento y memoria a largo plazo. Una investigación con animales a los que se les suministró con alcohol demuestra que el daño no se detiene si se envejece, por el contrario, continúa en el tiempo.
2. Efectos hepáticos. Algunos bebedores jóvenes con sobrepeso u obesidad mostraron elevación de enzimas hepáticas, incluso con sólo niveles moderados de consumo de alcohol. Esto, a la larga, se traduce en daño directo al hígado.
3. Problemas de Crecimiento. La pubertad es un período asociado a intensos cambios hormonales, incluido el aumento de las hormonas sexuales, estrógenos y testosterona. Estas, a su vez, aumentan la producción de otros factores de crecimiento, vitales para el desarrollo normal del órgano endocrino. Si el consumo de alcohol comienza tempranamente, podría afectarse órganos, músculos y huesos.
INFOGRAFIA (RECORTADA)
- Cambios físicos y emocionales. Dejar de ser niño implica abandonar una etapa estable por un periodo lleno de transiciones físicas, emocionales y de estilo de vida. Ser simplemente adolescente es ya un factor de riesgo.
- Búsqueda de emociones. El cerebro adolescente sigue desarrollándose al entrar a los veinte, estableciendo conexiones de comunicación importantes y refinando su función. Por ello, se siguen buscando emociones nuevas y potencialmente peligrosas.
- Expectativas. La buena imagen de quienes beben alcohol y sus efectos placenteros. Los efectos positivos y excitantes del alcohol surgen en la pubertad.
- Tolerancia al alcohol. La somnolencia, descoordinación y resaca son efectos que, para que un adolescente sienta, debe beber más que un adulto.
- Personalidad. Niños problemáticos, hiperactivos y/o agresivos suelen tener problemas de conducta antisocial. De adolescentes, el alcohol ayuda a desinhibirlos
- Herencia. Los hijos de alcohólicos son entre 4 y 10 veces más propensos a convertirse en alcohólicos que aquellos niños sin parientes cercanos que sufran de esta adicción.
- Aspectos ambientales. La influencia de padres que beben y de parejas mucho mayores juegan un papel en el consumo de alcohol.
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