Por qué no tomar bebidas azucaradas no es tan fresh como pensabas

  • hace 7 años

Vamos a comenzar con una certeza: una botella personal de gaseosa o cualquier otra bebida azucarada puede contener hasta diez veces la cantidad de azúcar diaria que necesita tu cuerpo. Ha llegado la época en la que cada vez más evidencia científica demuestra que no existe nada de saludable en el consumo de este tipo de bebidas y se aconseja reducir su consumo, casi al borde de la inexistencia. 

Sin embargo, en simultáneo, se gastan anualmente miles de millones de dólares en el mundo entero en publicidad para los mismos productos y millones de personas siguen consumiéndolas asumiendo que el único peligro de las gaseosas y bebidas azucaradas es que 'engordan'.

No es fácil dejar de consumir algo que a lo largo de toda tu vida, de una manera u otra, te han dicho que es bueno, que es divertido, que es cool, que te hará sentir o vivir mejor determinadas experiencias. Particularmente si es un consumo que se naturaliza a través de spots, paneles, avisos y hasta de tus personajes favoritos de la niñez. 

En países como Estados Unidos, la obesidad es ya un problema de salud pública que, como tal, trae costos sociales en el mediano y largo plazo. La Escuela de Salud Pública de Harvard reporta que se estima que uno de cada tres niños en ese país es obeso. La proporción en adultos es de dos en cada tres.

Los efectos nocivos del consumo regular de este tipo de bebidas buscan atenuarse muchas veces atribuyendo el sobrepeso a la falta de actividad física y no al consumo de estos productos. Sin embargo, existen estudios que demuestran los efectos inmediatos y a largo plazo no solamente involucran al exceso de peso. Cáncer, diabetes, problemas cardíacos, hiperstensión y hasta gota son algunos de los padecimientos que tienes más riesgo de padecer si bebes este tipo de refrescos de manera regular, aún cuando no sea en grandes cantidades. Algo tan aparentemente insignificante como una lata o una botella personal diaria pueden marcar una gran diferencia.

Una buena hidratación diaria, así como una adecuada supervisión pueden ayudarnos a dejar de lado gaseosas y similares y consumirlas muy esporádicamente. 

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