Las camas elásticas representan uno de los más grandes atractivos para los niños. El impulsarse y saltar lo más alto posible, sin peligro de caer o causarse algún daño, los motiva a realizar maniobras que en tierra firme serían un poco arriesgadas o les tomaría mucho tiempo dominar (saltos hacia atrás, de rodillas, entre otros).
Sin embargo, en algunas ocasiones y aunque suelen parecer muy seguras, surgen lamentables accidentes que pueden ocasionar lesiones como esguinces o fracturas de tobillo, cuello, manos y brazos.
Para que eso no suceda más, te dejamos aquí algunos consejos que debes tener en cuenta para que los saltos siempre terminen en sonrisas.
Verificar la base
Es indispensable colocar la cama elástica en una base llana que puede amortiguar los impactos que se producirán con los saltos. Las más recomendables son: jardines, patios o canchas deportivas.
Mantener la limpieza
Por ser un área en donde las personas ingresaran sin zapatos, es importante mantenerla limpia en todo momento, sin objetos con los que los pequeños saltarines se tropiecen o enganchen. Incluso es recomendable cubrir con protectores acolchados todas las partes metálicas de la cama.
Número de niños
Es recomendable que no muchos niños salten dentro de la cama elástica. Lo ideal es que lo hagan de uno en uno o de dos en dos, ya que cuando lo hacen en grupos más grandes, se inician juegos más bruscos que podrían terminar en caídas y accidentes.
Supervisión constante
Parece obvio que la supervisión debe ser constante mientras tus hijos estén saltando. Sin embargo, hay muchos padres que debido a la seguridad que transmite la cama elástica, deciden ir a realizar otras actividades y dejar que los niños den rienda suelta a su imaginación y pongan en juego su seguridad con saltos demasiado arriesgados.
Dejarlos jugar y probar cosas nuevas está bien, pero no hay que olvidar que son pequeños y no saben aún medir las consecuencias de sus acciones. Estemos atentos y juguemos con ellos para evitar un mal rato mientras nos divertimos.
Comentarios