'Bullying' es un vocablo que hace menos de una década no estaba presente en el habla cotidiana de quienes gravitan en torno a la escuela: padres, maestros y -desde luego- alumnos. Si bien la difusión del concepto es también una pieza clave para el proceso de sensibilización y exposición sobre este tipo de violencia, lo cierto es que corre el riesgo de convertirse en un lugar común si es que no conocemos de manera un poco más detallada.
Conversamos con la psicóloga Valentina Rosas, quien respondió a nuestras preguntas y nos brindó útil información acerca de cómo reconocer un caso de bullying y de qué manera actuar cuando nos encontremos ante uno.
¿Sigue siendo el bullying un problema tan grande como lo era hace 10 años?
Definitivamente no. Cada año se ha ido dando la importancia debida a identificar los tipos de violencia que ejerce el bullying. Tanto la de tipo verbal, como la psicológica y la física. Sin contar además la violencia que se ejerce a través de prácticas como el hurto e invasión a la privacidad a través del celular o en las redes sociales. En paralelo se ha investigado más sobre el tema. Existe, de hecho, una definición: el bullying es ejercer poder y hacer daño. Es el maltrato físico y/o psicológico intencionado y continuo al que puede ser sometido un niño o adolescente.
¿Ves alguna diferencia con la manera en que sucede el bullying hoy en día – por ejemplo con las redes sociales o celulares?
Es cierto: el bullying ya no sólo se ejerce entre cuatro paredes, cara a cara o en una institución educativa, sino que los agresores desean hacerlo público y tener la aprobación y/o burla de las personas que vean las publicaciones en las redes sociales. Este tipo de agresiones también se perpetran a través de sistemas de mensajería en los celulares.
¿De qué manera podemos identificar un caso de bullying y prevenirlo?
Para identificar un caso de bullying tenemos que observar algunas de las siguientes características en el niño o adolescente:
- Cambios en el comportamiento (incluye cambios de humor).
- Cambios en los hábitos alimentarios (pueden comer compulsivamente o también perder el apetito).
- Cambios en el rendimiento escolar.
- Puede presentar señales físicas de forma frecuente como golpes, rasguños o moretones (en la gran mayoría, los niños o adolescentes minimizan esta característica).
- Desgano, desinterés, desmotivación o resistencia para ir al colegio.
- No mantiene relaciones interpersonales como antes o se aísla.
Para prevenir, se tiene que tener en cuenta el papel fundamental que desempeñan los padres de familia y profesores de la institución educativa. Cuando nos referimos a los padres, es porque ellos son los primeros modelos para sus hijos y quienes les brindan un estilo de crianza; esto permitirá que tengan una autoestima adecuada, autocontrol, respeto consigo mismo y con los demás, adecuadas relaciones interpersonales, empatía, entre otros.
Finalmente, los docentes cumplen un segundo e importante papel, detectar e intervenir el bullying dentro de la institución educativa en la cual los niños pasa mayor tiempo. La corrección al niño o adolescente que pone en práctica el bullying debe de estar acorde a la edad y el tipo de violencia que ejerció. Se debe realizar una actividad para que tome conciencia de la acción y las consecuencias que trae consigo. Por parte de los docentes e institución educativa, se debe brindar charlas informativas a los padres de familia para que se pueda lograr un trabajo conjunto.
¿Cuál es el mejor consejo que se le puede dar a un niño o adolescente que sufre de bullying?
A nivel familiar; el niño o adolescente, como también los padres de familia, deben de informarse sobre el tema y hablarlo en casa.
A nivel escolar; determinar pautas de conducta y limitar el tiempo de uso del internet.
A nivel social; comunicar y realizar publicaciones respecto al tema.
Como padres y profesores, ¿cuál es la manera correcta de lidiar con un caso de bullying?
Ambas partes deben de tener paciencia, dedicación y compromiso porque el bullying es un proceso donde al inicio hay resistencia en admitir lo que está pasando. Al acosado se le dificulta expresar lo que siente. Debe culminar con un enfrentamiento y conversación entre el acosador y el acosado para llegar a una conciliación y determinar las nuevas condiciones y/o pautas que se respetarán para llevar una mejor relación entre ambas partes.
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