Estar embarazada no es fácil y la época de verano hace que todo sea más complicado provocando deshidratación y cansancio como consecuencias del calor intenso. Para evitar mayores molestias, Yo Me Cuido te trae una serie de consejos para que cuides de ti y de tu bebé en esos días.
- Toma un buen desayuno: Para comenzar el día con el pie derecho, engríete con un buen desayuno por las mañanas. Recuerda que es el primer alimento del día y que debe incluir lácteos, fruta fresca de la estación y cereales, si deseas.
- Mantente hidratada: Bebe muchos líquidos para mantener hidratado tu organismo, además, evitarás la retencisón de líquidos en tu cuerpo. Si bebes con frecuencia, incluso antes de sentir sed, favorecerás la eliminación de toxinas de tu cuerpo y preveerás los edemas. Te recomendamos tomar al menos dos litros de agua durante el día.
- Practica ejercicio moderado: Elige el deporte adecuado para ti: caminatas, yoga o natación son mucho más prácticos en esta época del año. Si te inscribes en natación, aprovecha el agua fría para aliviar el dolor de piernas y espalda por el embarazo. En cuanto al yoga, intentalo hacerlo al aire libre, así le darás más paz y tranquilidad a tu bebé.
- Dale descanso a tu cuerpo: Así como vas a hacer ejercicio para mantenerte saludable, dale el descanso necesario a tu cuerpo. Recuerda que estás embarazada, así que el cansancio se duplica. El descanso debe ser prioridad durante el embarazo y el calor acentúa la sensación de fatiga. Duerme mientras puedas, coloca tus piernas en alto y dedica unos minutos de tu día para relajarte y meditar.
- Evita las comidas abundantes y come fruta: Escoge alimentos fáciles de digerir y de alto valor nutritivo, como las frutas y verduras. Y por las noches, evita comer demasiado (a pesar de los antojos) para que tengas un mejor descanso. ¡Aquí te dejamos una gran opción!
- Usa ropa ligera y calzado adecuado: Durante todo tu embarazo, tienes que llevar ropa cómoda y el mejor calzado para tu condición, pero durante el verano esta condición se vuelve un deber. Usa ropa de algodón que no se adhiera a tu cuerpo y que tus zapatos, sandalias o zapatillas no sean ni muy altos ni muy bajos para evitar dolores en la espalda y en las piernas.
Además,
Además, no olvides el cuidado personal, en especial proteger tu piel con un bloqueador adecuado. Recuerda que en la prevención está el secreto, de esta manera no solo cuidarás de ti, sino también de tu hijo.
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