Hola, diario.
Lorena, mi esposa, me dijo que escriba por aquí para contarte mi día a día, como una manera de distracción después de todo el trabajo que tenemos en la fábrica. Además, me dijo que cuando le cuento todas mis preocupaciones la preocupo más, así que tú serás el que me aguante ahora ja, ja, ja.
Yo no soy un mal papá, quiero mucho a mis hijos, por eso los protejo y los cuido todo el tiempo. Ellos son niños, aún no se dan cuenta de todos los peligros que hay en la calle o incluso en la casa. En mis tiempos, la gente no era tan mala y los chicos no estaban pegados a ese aparatito todo el tiempo. Me da temor que encuentren a alguien en esas "redes sociales", como las llaman ellos. El mundo es peligroso dentro y fuera del celular o de la computadora.
A pesar de que he intentado usarlo, se me hace difícil, pero siempre les recuerdo a mis hijos que tengan mucho cuidado con lo que publican en Internet. Tú sabes que siempre hay alguien malintencionado y con todo lo que sale en las noticias, me preocupa que quizás conversen con extraños, intercambien información o algo parecido. Como te digo, hay gente malintencionada que solo quiere hacer daño.
Se lo comenté hace unos días a Lorena y me dijo que ella ya conversó con los chicos acerca de estos peligros. Felizmente, ellos confían en nosotros y nos cuentan sus dudas y problemas.Además nosotros supervisamos toda su actividad en redes. Creo que la comunicación entre padres e hijos, en estas situaciones, es muy importante. También me comentó que les aconsejó no compartir sus datos personales y que solo conversen con gente que conocen. En Internet no todos son quienes dicen ser.
De todos modos, yo también seguiré el consejo de Lorena: crearme una cuenta familiar e intentar divertirme. Le pediré ayuda a Lucía, quien es la que está más al tanto de esas cosas.
Volveré a escribir en unos días,
Fernando.
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