Urticaria, inflamación, dificultades para respirar, entre otros, son lo síntomas que pueden presentar los niños con alergias por alimentos, pero las consecuencias podrían agravarse y llegar a ser mortales. Por eso es importante aprender a detectar cuáles son los productos que pueden enfermar a nuestros pequeños.
Para entender ante qué estamos, respondamos algunas preguntas:
¿Por qué se produce una alergia alimentaria?
Hablamos de alergias alimentarias cuando el cuerpo responde ante un alimento, como si éste fuera perjudicial, entonces, el sistema inmunitario (que normalmente lucha contra las infecciones y las enfermedades) crea anticuerpos para que luchen contra el producto alérgeno. Cada vez que una persona come (o, en algunos casos, manipula o aspira) el alimento, su cuerpo libera sustancias químicas como la histamina que desencadenan los síntomas alérgicos.
¿La alergia alimentaria tiene relación con la intolerancia?
Una de las nociones más populares que conocemos es que, por ejemplo, muchas personas son intolerantes a la lactosa, pero no se debe confundir esta afección con la alergia alimentaria. Los síntomas de la intolerancia abarcan los eructos, la indigestión, las flatulencias, las heces blandas, el dolor de cabeza, el nerviosismo o la sensación de estar ruborizado.
A pesar de ser incómoda y desagradable, el nivel de peligrosidad de la intolerancia no es tan grave ya que no afecta al sistema inmunitario y solo visibiliza que una persona no es capaz de digerir una sustancia, como la lactosa.
Síntomas de una alergia alimentaria
Ahora que ya sabemos a qué nos referimos con alergia alimentaria, tengamos en cuenta sus síntomas y consecuencias. Las alergias pueden afectar al sistema respiratorio, al tubo digestivo, a la piel o al sistema cardiovascular, teniendo como principales síntomas:
- Resuello o respiración sibilante (hacer "pitos" al respirar).
- Dificultades para respirar.
- Tos.
- Ronquera.
- Opresión de garganta.
- Dolor abdominal.
- Diarrea.
- Ojos hinchados, llorosos y que pican.
- Urticaria.
- Granos rojos.
- Inflamación.
- Una bajada de la tensión arterial que causa sensación de desfallecimiento o pérdida de la conciencia (desmayo).
Si bien todos los niños y niñas son diferentes, y podrían manifestar síntomas por diversos alimentos, existen ochos alérgenos alimentarios más comunes, los cuales están presentes en el 90% de casos de reacciones alérgicas a corta edad. Ellos son:
- Leche.
- Huevos.
- Maní.
- Soya.
- Trigo.
- Frutos secos (como las nueces y los anacardos).
- Pescado.
- Mariscos.
Por lo general, la mayoría de los niños con alergias alimentarias las supera con la edad aunque pueden haber algunas más difíciles de superar.
Detectando la alergia alimentaria de tu hijo o hija
Si sospechas que tu pequeño tiene alergia a cierto alimento, deberás prestar mucha atención a su reacción y llevarlo al médico, el cual te hará las siguientes consultas:
- Los síntomas.
- Con qué frecuencia presenta las reacciones alérgicas.
- El tiempo que suele transcurrir entre el momento en que come un alimento en particular y el inicio de los síntomas.
- Si hay algún otro miembro de la familia que tiene alergias o afecciones como el eccema y el asma.
Las pruebas médicas que pueden ser necesarias para determinar la alergia de tu hijo:
- Una prueba cutánea. Esta prueba implica poner extractos líquidos de alérgenos alimentarios sobre la piel del antebrazo o de la espalda de tu hijo, pinchar superficialmente la piel en esas áreas y esperar para ver si se forman unos granitos rojizos que sobresalen en la superficie de la piel durante 15 minutos.
- Análisis de sangre. Ayudará a detectar la presencia de anticuerpos en la sangre de tu hijo.
- Prueba de provocación. A la persona se le administran cantidades cada vez mayores del supuesto alérgeno alimentario bajo la atenta supervisión médica. Esta prueba solo se debe realizar en la consulta de un alergólogo o en un hospital que disponga de medicamentos y de servicio médico inmediatos por si se produjera una reacción alérgica de riesgo vital. Esta prueba se hace mucho más a menudo para determinar si una persona ha dejado de ser alérgica a un alimento en concreto.
El dato:
Cuando tenemos hijos menores de 5 años, es bueno siempre llevar un antihistamínico de venta sin receta médica porque puede ayudar a tratar los síntomas alérgicos de carácter leve, en caso en el pequeño ingiera algo en una fiesta o reunión familiar. Eso sí, pregúntale a su pediatra si puedes o no hacer uso de este medicamento.
Fuente: Kidshealth.org
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