El cólera es una infección grave que ataca a países en vías de desarrollo en los que es difícil encontrar agua potable y medidas sanitarias óptimas. En nuestro país, durante los años 90, se vivió una fuerte epidemia de esta enfermedad, que tomó algunas vidas aquí y en otros países latinoamericanos.
El cólera se contrae mediante aguas o alimentos crudos contaminados con la bacteria Vibrio Cholerae. Esta produce una potente toxina que se adhiere a las paredes de los intestinos produciendo una fuerte diarrea, vómitos, y con ello la deshidratación progresiva del cuerpo. Entre otros síntomas se encuentran calambres (en el abdomen y piernas), irritabilidad y falta de energía, boca seca y mucha sed.
Si no es atendida a tiempo, la deshidratación provocada por el cólera puede ser fatal en cuestión de horas; pero si se presta un tratamiento rápido, este puede revertirse en pocas horas o días. El tratamiento consiste básicamente en reponer todos los líquidos y sales que perdió el cuerpo, y en algunos casos los médicos sugieren suplementos de zinc y antibióticos.
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