El aseo personal, importante para nuestra salud y apariencia personal, se cultiva desde la niñez. Una buena forma de formar hábitos de higiene es llevar siempre a la mano una mochila de aseo personal, que puede ser un pequeño estuche que contenga los elementos necesarios para mantenerse aseado, especialmente si los niños se quedan durante largos períodos en el colegio.
Motive a sus hijos a preparar una, enseñándoles sobre su contenido y el uso del mismo:
- Un jabón de tocador: este permitirá acceder a un correcto lavado de manos cada vez que se requiera: antes y después de las comidas, después de ir al baño o realizar alguna actividad al aire libre.
- Gel antibacterial: para los casos en los que no podemos asearnos con agua y jabón.
- Una toalla: para secar las manos y rostro, sin tener que utilizar nuestra ropa u otro tipo de papel que también puede contener gérmenes y bacterias que vuelven a contaminar el aseo.
- Papel higiénico o pañuelo: para limpiar la nariz y rostro, de ser necesario. O simplemente cubrirse al toser o estornudar.
- Un peine: para cuidar nuestro cabello, manteniéndolo ordenado luego del baño o de alguna actividad de mucho movimiento.
- Cepillo de dientes y pasta dental: para un correcto cepillado de dientes después de cada comida.
La mochila o bolsa de aseo puede contener también un espejo para verificar que lucimos limpios y ordenados tras utilizar nuestra bolsa de aseo. Asimismo, contener un poco de colonia para perfumar o protector y crema humectante para la piel.
Comentarios