El sarampión y la varicela son enfermedades eruptivas que suelen presentarse en niños pequeños. Por lo general, empiezan con síntomas de resfrío y fiebre, pero pueden ser muy contagiosas. Si sospecha que una persona en casa tiene varicela o sarampión será muy importante mantenerla aislada en un lugar fresco, y cuidar el aseo, para evitar el contagio de otros miembros de la familia.
La varicela es provocada por el virus varicela-zoster, y suele empezar solo con tos, congestión nasal o malestar corporal como en un resfrío común. Sin embargo, este período es delicado, pues nuestro niño podría estar contagiando a otros sin darse cuenta, por lo que será muy importante prestar atención y evitar que vaya al colegio. Ya luego aparecerá un sarpullido, que se transformará en ampollas y luego en costras que producen mucha picazón.
El sarampión es también una enfermedad viral. Si bien los síntomas son parecidos, en este caso aparece una fiebre alta que dura entre 5 y 7 días, luego de lo cual aparecerá la erupción en la piel. Otros signos pueden aparecer, a diferencia de la varicela, como infecciones a los ojos, sensibilidad a la luz, puntitos rojos y blancos dentro de la boca, y dolor de garganta. Deberemos siempre hacer el seguimiento con un médico profesional, evitando la automedicación, ya que complicaciones en este caso pueden resultar peligrosas.
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