En nuestra sociedad, ver televisión es una actividad muy presente en la vida de niños y adultos. Si bien puede ser un gran entretenimiento, informar y educar en algunas cosas, debemos siempre tener presente que la televisión no debe ser la única actividad ni funcionar como sustituto de otras experiencias.
Dejar que los niños vean televisión puede resultar bastante cómodo para los padres, ya que es accesible, poco costoso y por lo general, mantiene a los pequeños distraídos. Sin embargo, los especialistas de la Academia Americana de Pediatría recomiendan que los niños menores de dos años no vean televisión en lo absoluto, y que los mayores lo hagan por menos de dos horas diarias.
Esto es porque ver demasiada televisión puede causar algunos de los siguientes problemas:
- Sustituir el ejercicio físico, ya que solo nos mantenemos sentados frente al televisor. Como es sabido, el ejercicio es una parte importante de un estilo de vida saludable y los cuerpos de los niños lo necesitan para crecer normalmente.
- Tomar el lugar de la interacción social con los amigos y familia, fomentando la desconexión de los pequeños no solamente con otros sino con sus propias ideas y sentimientos.
- Perturbar o ser mal ejemplo al presentarse violencia y contenido no apto para niños en la mayoría de horarios.
Además, ver televisión ha sido asociado con mayores tasas de problemas de atención en niños, por lo que como docentes, debemos informar y aconsejar a los padres para un uso adecuado de la televisión. Parte de ello es fomentar la actividad física, apagar el televisor en horas de comida, tareas y otros momentos de intercambio familiar, poner límites de tiempo para ver televisión y por supuesto cuidar siempre qué están viendo.
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