Nuestros pies llevan gran parte del peso de nuestro cuerpo trasladándonos de un lugar a otro, pero existen ciertos riesgos que pueden afectar su salud. Por ejemplo, la aparición de una ampolla, callo o "uñero" que, de no ser atendido con rapidez pueden infectarse y tener mayores consecuencias.
Las ampollas se forman debido al rozamiento y la presión, ocasionando áreas levantadas en la piel que contienen un líquido en su interior. En los callos, en cambio, la piel se engruesa y endurece por un rozamiento repetido y prolongado con otra superficie. Por otro lado, el uñero aparece cuando no hemos cortado correctamente alguna uña del pie, haciendo que al crecer se incruste en la piel, generando una herida.
En todos estos casos nuestros pies pueden sufrir dolor ya que debemos apoyarnos en ellos constantemente al andar. Si bien son frecuentes, afortunadamente, dichas complicaciones son fáciles de prevenir evitando que se desarrollen. Por ejemplo, es importante utilizar calzado del número de talla y forma adecuada. Los zapatos de tacón pueden favorecer la formación de callos y ampollas porque someten a mucha presión partes del pie que no están habituadas a ello. Cortar de manera correcta las uñas de los pies, de manera recta para evitar bordes que luego crezcan en dirección a la piel, puede alejarlo de los molestos uñeros.
Si aparece cualquiera de estos problemas en su piel y nota que la zona afectada se enrojece, inflama o parece infectada, acuda de manera inmediata al médico, siga sus recomendaciones y repose manteniendo sus pies limpios y secos para que la herida sane.
Comentarios