En general, la mayoría de los accidentes domésticos no llegan a ser graves. Cuando ocurren en la escuela, sin embargo, es el docente en especial quien debe actuar con orden y serenidad, para que la atención al herido sea lo más correcta posible.
En caso de quemaduras leves, recuerde antes que nada apartar la fuente de calor que la causó (p.e. apagar la vela o cocina). Inmediatamente, trate de enfriar la quemadura echando sobre la zona afectada un suave chorro de agua fría. Deje correr durante 10 minutos o más, si continúa el dolor. No utilice hielo para enfriar la zona quemada.
Tenga a la mano los números de emergencia (Bomberos: 116) y acuda a un especialista especialmente en casos como estos:
- Si la quemadura ha ocurrido en lugares sensibles como la cara o cuello.
- Si el dolor persiste o aparecen ampollas con un líquido claro en su interior. Recuerde de no romper las ampollas, pues ello puede traer mayores infecciones o traumatismos.
- Si la zona afectada tiene el aspecto de estar “carbonizada”.
- Si el tamaño de la quemadura es más grande que la palma de la mano de la víctima.
- Si el afectado ha perdido el conocimiento o la respiración.
- Si hay varias quemaduras causadas por sustancias químicas, explosiones o electricidad.
Tenga siempre a la mano un extintor y aprenda cómo utilizarlo por si hay fuego que pueda extenderse.
En caso de electrocución, aparte al accidentado de la fuente de electricidad utilizando un objeto aislante como un palo de madera o toalla seca.
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