Un esguince es una lesión de los ligamentos que están alrededor de una articulación. Los ligamentos son fibras fuertes y flexibles que sostienen nuestros huesos, pero cuando se estiran o fuerzan demasiado, pueden inflamarse produciendo dolor articular o muscular, cambio de color en la piel (hematomas) y rigidez en la zona afectada.
Un esguince puede ocurrir a niños, jóvenes y adultos, especialmente al practicar algún deporte o realizar actividades físicas como correr o jugar. La torcedura de tobillo, por ejemplo, es un esguince común de los ligamentos que se encuentran alrededor de este.
Si un alumno sufre un esguince, aplique de manera inmediata hielo envuelto en un trozo de tela para reducir la inflamación. Se puede aplicar también un vendaje simple, no apretado, alrededor del área inflamada para limitar el movimiento, manteniendo la articulación inflamada por encima del nivel del corazón.
Es muy importante que la persona que ha sufrido el esguince repose todo el tiempo que sea necesario y no vuelva a forzar la zona afectada hasta que el especialista lo indique. Si la inflamación no empieza a desaparecer al cabo de dos días, o la lesión y el dolor son muy fuertes, se deberá acudir inmediatamente al médico.
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