En su afán de divertirse, los niños y adolescentes pueden llegar a practicar juegos que ponen en peligro su vida y la de sus amigos. Tanto en la escuela, como en el barrio o la casa, pueden participar de juegos bruscos, violentos o inseguros que atenten contra su integridad física y mental.
Como padres de familia, debemos permanecer atentos a lo que juegan nuestros hijos, ya que en muchos casos ellos no se percatan del nivel de riesgo al que pueden exponerse. Algunos juegos peligrosos de los que debemos advertirles:
- Juegos bruscos: es importante que los niños sepan que cualquier tipo de agresión, sea física o verbal, no está permitida en el juego. Empujones, jalones y golpes pueden producir caídas y lesiones, así como daños emocionales en el caso de insultos o burlas.
- Videojuegos violentos: sea en las consolas de juego o en Internet, la exposición constante ante juegos de guerra y matanza, puede hacer que los niños empiecen a imitar comportamientos inadecuados e incluso confundir la realidad con la ficción. Es importante monitorear el uso de dichos juegos, cuidando además que no se generen adicciones.
- Pirotecnia: especialmente en épocas festivas, el uso de pirotecnia se vuelve común. Sin embargo, miles son los accidentes causado por su mal manejo y la creencia de que son juguetes para niños. El solo hecho de que deban ser manipulados con fuego, ya pone en peligro la vida de cualquier persona que los utilice.
- Juguetes inseguros: al momento de comprar juguetes para nuestros hijos, es importante revisar que éstos sean adecuados para su edad y que no representen un riesgo por lo materiales utilizados o estructura en la que se presentan. Asimismo, tener mucho cuidado con juguetes tóxicos que puedan contener plomo.
El estado del espacio de juegos también es muy importante para velar por la seguridad de los niños y jóvenes. Converse con sus hijos para saber los lugares que frecuentan para jugar con sus amigos, y mantenga vías de comunicación abierta para conocer sobre sus actividades. Tenga en cuenta también lo que ven en la televisión, o en otros familiares en casa, pues intentos de imitación pueden llevar a peligrosos accidentes.
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