Muchas veces el ahorro puede ser nuestro peor enemigo, especialmente porque en nuestro país existen fabricantes y vendedores ilegales, que no utilizan los materiales adecuados para preservar la salud de nuestros hijos. Esto sucede con medicamentos, golosinas, e incluso con los útiles escolares.
Lápices, cuadernos, plastilinas, hasta rompecabezas y juegos didácticos pueden poner en riesgo la vida de nuestros hijos, si no tomamos en cuenta las siguientes consideraciones:
- Los útiles escolares también deben contar con registro sanitario. Podemos distinguir qué productos tienen dicha autorización pues cuentan con una etiqueta que especifica: razón social del fabricante o importador, dirección, número de RUC, detalles de su uso, edad objetivo; y lo más importante, los números de Registro Nacional y Autorización Sanitaria otorgados por la Dirección General de Salud Ambiental (DIGESA).
- Si el producto no cuenta con registro sanitario, posiblemente contenga sustancias tóxicas como el plomo, cromo y cadmio, que afectan directamente a los pulmones, riñones, piel y sistema nervioso central de nuestros hijos. Esto a su vez, puede alterar sus facultades de concentración y aprendizaje.
- Una señal de que el producto puede ser tóxico es su olor y textura. Procure no adquirir útiles que tengan colores muy intensos que se queden impregnados en la piel de los niños, o que tengan olores muy fuertes.
El precio es otro indicativo del cuidado que han puesto los fabricantes en evitar sustancias tóxicas, acuda siempre a establecimientos y lugares de venta formales, y sea de lo más exigente cada vez que compre productos que manipulará su familia. Recuerde que la seguridad y la salud son lo más importante para un buen desarrollo integral.
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