Como escolar que usa regularmente el transporte público sabes que no sueles recibir el mejor de los tratos. Desde el chofer inescrupuloso que se sigue de largo, hasta los cobradores y pasajeros que te mandan al fondo o te gritan por incomodarlos con tu mochila.
Es importante hacerte respetar desde el inicio. Y para ello, seguir algunas normas de convivencia y civismo elementales puede ser muy útil. Estos son algunos consejos para hacer de tu experiencia en el transporte público una mucho más armónica.
Respeta las señales y las reglas
Parece la clase de consejo que has escuchado toda tu vida, es verdad. ¿Pero te has detenido a pensar si realmente ha servido de algo? ¿Practicas lo que predicas o ya estás cansado de que te prediquen? Comienza por solo subir y bajar en paraderos autorizados. Si no hubiera señalización, hazlo siempre en esquinas, de preferencia aquellas que tienen semáforo. Y espera a que toque luz roja para subir.
Jamás corras detrás del bus, pues podrías tropezarte, golpear a otros o causar un accidente. De igual modo, bajo ningún motivo subas o bajes a mitad de la pista. Exige al chofer que recoja y deje pasajeros siempre del lado de la vereda.
Si hay otras personas en el paradero antes que tú, respeta el orden de llegada y no corras para subir antes que ellos, ni pares el bus a mitad de cuadra antes del paradero.
Entiende cómo funciona el bus
Sube siempre por la puerta delantera. Camina hacia el fondo del bus siempre. No te quedes cerca a la puerta de entrada; hay otras personas que también deben subir. Baja siempre por la puerta trasera, así la mayoría insista en hacer lo contrario. Tú puedes marcar la diferencia. Asegúrate de acercarte a la puerta al menos dos cuadras antes de llegar a tu parada.
Ten a la mano el pasaje, pues cada vez más empresas de transporte prescinden del cobrador y debes entregarle rápidamente tu pasaje al conductor. Paga con sencillo: no es broma. Llevar billetes no es aconsejable nunca. Retrasarás a todos. Abre las ventanas siempre y trata de ubicarte cerca a ellas.
Trata con cortesía a los demás
Saluda a todas las personas a las que te dirijas, ya sea para subir, pagar tu pasaje, sentarte, acercarte a la puerta o bajar. La gente está o muy distraida o muy tensa en el transporte público, por lo que siempre es aconsejable mantener las formas y ser cortés y directo para interactuar. No hablar claramente, gritar o hablar a un volumen muy bajo puede generar confusiones, malos entendidos y hasta problemas. Evita actitudes hostiles.
Al sentarte siempre junta las piernas, seas hombre o mujer. No invadas el espacio de la persona que se sentará o parará al costado de ti. Respeta los asientos reservados y deja que tu buen criterio te guíe a la hora de ceder el asiento a alguien que lo necesite más que tú. Si es un viaje largo, lo más probable es que vuelvas a conseguir un asiento. Aprovecha que eres joven y fuerte.
Lleva la mochila colgada adelante o cárgala como una bolsa a la altura de tus piernas para evitar incomodar a los demás cuando subas o te desplaces dentro del vehículo.
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