Diferencias entre Hipo e Hipertiroidismo: Lo que los padres deben saber

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La tiroides es una glándula pequeña, pero fundamental, para el correcto funcionamiento del cuerpo. Cuando algo no va bien con ella, puede afectar tanto la salud física como mental de niños y adultos y causar cambios importantes en la vida de las personas. ¿Oíste hablar de la tiroides? En este artículo explicaremos qué es la tiroides, cuáles son las diferencias entre hipo e hipertiroidismo, sus síntomas y qué hacer si sospechas que tu hijo o algún miembro de la familia tiene problemas tiroideos.

¿Qué es la tiroides y cuál es su función?

Primero lo primero: ¿qué es la tiroides? La tiroides es una glándula con forma de mariposa ubicada en el cuello, justo debajo de la laringe. Su función principal es producir hormonas tiroideas (T3 y T4), que regulan el metabolismo, es decir, la manera en que el cuerpo utiliza y distribuye la energía. Estas hormonas influyen en casi todos los órganos del cuerpo, afectando la temperatura corporal, el ritmo cardíaco, el crecimiento, el desarrollo y el nivel de energía.

Cuando la tiroides no funciona correctamente, puede producir muy pocas hormonas (hipotiroidismo) o demasiadas (hipertiroidismo), lo que provoca una serie de síntomas que afectan la calidad de vida del paciente.

Diferencias entre Hipotiroidismo e Hipertiroidismo

Diferencias entre Hipo e Hipertiroidismo: Lo que los padres deben saber

La principal diferencia entre ambas condiciones radica en la cantidad de hormonas tiroideas que produce la glándula tiroides: 

  • Hipotiroidismo: La tiroides produce menos hormonas tiroideas de las que el cuerpo necesita. Esto provoca que el metabolismo sea más lento de lo normal.

  • Hipertiroidismo: La tiroides produce más hormonas tiroideas de las necesarias, acelerando el metabolismo.

Síntomas del Hipotiroidismo

Cuando el metabolismo se ralentiza, pueden aparecer síntomas como:

  • Fatiga constante.

  • Aumento de peso inexplicable.

  • Piel seca y cabello quebradizo.

  • Intolerancia al frío.

  • Estreñimiento.

  • Rostro hinchado.

  • Baja frecuencia cardíaca.

  • Depresión o falta de ánimo.

  • Problemas de memoria o concentración (neblina mental).

  • En los niños, puede provocar retraso en el crecimiento o problemas de aprendizaje.

Síntomas del Hipertiroidismo

Con un metabolismo acelerado, los síntomas suelen ser opuestos al hipotiroidismo:

  • Pérdida de peso inexplicable.

  • Aumento del apetito.

  • Nerviosismo, ansiedad o irritabilidad.

  • Sudoración excesiva e intolerancia al calor.

  • Palpitaciones o ritmo cardíaco acelerado.

  • Debilidad muscular.

  • Diarrea o evacuaciones frecuentes.

  • Problemas para dormir (insomnio).

  • En los niños, puede causar hiperactividad o dificultad para concentrarse.

Causas comunes de las alteraciones tiroideas

El cuerpo es una máquina compleja y maravillosa, pero en ocasiones sufre desajustes o trae consigo algunos desperfectos de fabricación. Esto significa que las alteraciones de la glándula tiroidea pueden deberse a varios factores, como por ejemplo:

Hipotiroidismo:

  • Deficiencia de yodo en la dieta.

  • Enfermedad de Hashimoto (una condición autoinmune).

  • Efectos secundarios de ciertos medicamentos.

  • Congénito (presente desde el nacimiento).

Hipertiroidismo:

  • Enfermedad de Graves (una condición autoinmune).

  • Nódulos tiroideos que producen exceso de hormonas.

  • Inflamación de la tiroides (tiroiditis).

  • Consumo excesivo de yodo.

¿Qué hacer si sospechas de un problema tiroideo?

Diferencias entre Hipo e Hipertiroidismo: Lo que los padres deben saber

Si observas algún cambio en el comportamiento habitual de tu hijo que coincidan con la lista relacionada al hipo o al hipertoroidismo, debes:

  • Consultar con un médico: Si notas síntomas persistentes en tu hijo o algún familiar, acude a un endocrinólogo o pediatra.

  • Hacer análisis de sangre: Un análisis para medir los niveles de TSH (hormona estimulante de la tiroides) y hormonas tiroideas (T3 y T4) puede confirmar el diagnóstico.

  • Ultrasonido tiroideo: En algunos casos, puede ser necesario realizar un ultrasonido para evaluar el tamaño y forma de la tiroides.

¿Cómo se tratan estas enfermedades?

En el caso del hipotoroidismo el tratamiento principal es la hormona tiroidea sintética (levotiroxina), que se toma diariamente para suplir la falta de hormonas que el cuerpo debería producir naturalmente. Este tratamiento ayuda a normalizar el metabolismo y aliviar los tan incómodos síntomas.

Asegúrate de que tu hijo tome la medicación todos los días, en ayunas, para garantizar su efectividad.

En el caso de un diagnóstico de hipertoroidismo, los tratamientos incluyen:

  • Medicamentos antitiroideos: Ayudan a reducir la producción de hormonas tiroideas.

  • Yodo radiactivo: En algunos casos, se utiliza para reducir la actividad de la tiroides.

  • Cirugía: En casos graves, puede ser necesaria la extirpación parcial o total de la tiroides.

Nota importante: Un tratamiento excesivo puede llevar al hipotiroidismo, por lo que el seguimiento médico es crucial.

Consejos para prevenir problemas tiroideos 

Existen enfermedades que no podemos evitar, pues están insertadas en el ADN y son condiciones congénitas que se desarrollan en algún momento de la vida, pero si podemos mejorar hábitos para prevenir que se activen o para controlar sus efectos.

  • Incluir suficiente yodo en la dieta: El yodo es esencial para la producción de hormonas tiroideas. Puedes encontrarlo en alimentos como pescado, lácteos, huevos y sal yodada.

  • Promover revisiones médicas regulares: Esto es especialmente importante si hay antecedentes familiares de problemas tiroideos.

  • Mantener una alimentación balanceada: Asegúrate de que tu hijo consuma suficientes frutas, verduras y alimentos ricos en nutrientes esenciales como selenio y zinc.

El hipotiroidismo y el hipertiroidismo son condiciones que afectan el equilibrio del metabolismo y pueden impactar la salud general de los niños, jóvenes y adultos. Reconocer los síntomas a tiempo y buscar atención médica son pasos esenciales para asegurar el bienestar de tu hijo. Con un diagnóstico adecuado y tratamiento correcto, es posible llevar una vida saludable y plena. Recuerda hacer chequeos preventivos cada 6 o 12 meses, pues la prevención es el mejor aliado de la salud.

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