Aunque muchas veces quisiéramos poder estar con nuestros hijos 24/7 y evitar el peligro a toda costa, soltarlos al mundo es inevitable y darles herramientas para la vida, es una acto de amor. Es por esto que decidir cuándo es el momento adecuado para que los niños empiecen a usar el transporte público por su cuenta es una de las muchas decisiones importantes que debemos enfrentar los padres. Pero para poder hacerlo, existe una serie de factores y circunstancias que debemos tomar en cuenta, pues no todas las familias son iguales y tampoco lo son los niños. Aunque no hay una respuesta universal, que los niños aprendan a desplazarse solos por la ciudad es fundamental y para ello hay que prepararlos. Hoy vamos a explorar los puntos que no debemos perder de vista para lograr dar este gran paso como familia.
¿Cuándo?
En muchos países, los expertos sugieren que los niños pueden comenzar a usar el transporte público solos alrededor de los 11 o 12 años, cuando pueden recordar rutas y calles y son capaces de manejar dinero, pero esto depende mucho de la madurez emocional de cada niño y de las circunstancias específicas que lo rodean. En algunos casos, hay niños que pueden estar listos a una edad más temprana, mientras que otros necesitan más tiempo y en muchos, muchos casos, la necesidad es la clave de todo.
La madurez emocional es crucial para determinar si un niño está preparado para todo lo que involucra viajar en bus por la ciudad, pues no solo se trata de memorizar cuál es la líneas de transporte que debe tomar cada mañana para ir a la escuela y volver o para visitar a sus amigos o hasta a los abuelos, si no de su capacidad para medir el peligro que acecha constantemente en una ciudad rápida, caótica y violenta. Debemos evaluar si nuestros hijos tienen la capacidad de seguir instrucciones, actuar con responsabilidad en situaciones inesperadas y mantener la calma si algo no sale según lo planeado. Además, la independencia que busca el niño y su confianza en sí mismo son aspectos importantes a considerar.
Factores a considerar
Las grandes ciudades suelen tener mucho movimiento y en algunos casos, el desorden y la informalidad priman alrededor de su movimiento, por lo que es vital tener en cuenta algunos factores específicos de la realidad local antes de permitir que un niño viaje solo en transporte público:
- La seguridad de la zona: La seguridad del trayecto que recorrerá el niño es fundamental. Hay áreas donde el transporte público es más seguro y confiable, mientras que en otras, puede haber más riesgos. Debemos hacer una pausa para evaluar si las rutas son seguras, si son muy concurridas o si presentan riesgos significativos.
- Distancia y duración del trayecto: Si el trayecto que debe recorrer es largo o complicado, puede ser más difícil para un niño pequeño manejarlo solo. Las rutas cortas, directas y conocidas pueden ser una buena opción para iniciar.
- Conocimiento del transporte público: Antes que los niños viajen solos, es importante que se familiaricen con el transporte público, las rutas y cómo funcionan. Deben aprender a leer las señales, identificar las paradas y saber a quién recurrir en caso de emergencia.
- Disponibilidad de tecnología: Un teléfono puede ser muy útil para mantener el contacto y saber dónde están los niños durante el viaje. Deben recordar en todo momento que no es un juguete y que debe permanecer guardado mientras no están en contacto con su familia.
Cómo saber si tu hijo está listo
A pesar de las recomendaciones basadas en el desarrollo cronológico de los niños, cada caso es diferente y no todos estarán preparados a la misma edad. Estos son algunos signos que pueden indicar que tu hijo está listo para dar ese paso:
- Responsabilidad: Si tu hijo cumple con sus tareas diarias sin mucha supervisión, sabe seguir reglas y actúa con sentido común, probablemente esté listo para asumir la responsabilidad de viajar solo.
- Capacidad para tomar decisiones rápidas: Los niños deben poder evaluar y reaccionar ante situaciones imprevistas, como cambios en la ruta o un retraso. Puedes hacerle preguntas hipotéticas para evaluar cómo respondería en distintas situaciones.
- Seguridad emocional: Asegúrate de que tu hijo no se sienta abrumado o ansioso ante la idea de viajar solo. Debe sentirse seguro y confiar en sus habilidades.
Consejos para una transición segura
Si crees que ya es tiempo de que tus hijos usen el transporte público solos, te dejamos algunos consejos para que la transición sea más segura:
- Practicar rutas juntos: Realicen el recorrido juntos varias veces para que tu hijo se familiarice con la ruta, las paradas, señales y posibles imprevistos.
- Establecer un plan de contingencia: Enséñale a tu hijo qué hacer en caso de que se pierda o algo no salga según lo previsto. Debe saber a quién puede pedir ayuda, cómo comunicarse contigo y cómo manejar situaciones de emergencia.
- Alzar la voz: El transporte público es un lugar en el que muchas personas mal intencionadas buscan sacar provecho de otros, como ladrones o acosadores, por lo que los niños deben saber que pueden alzar su voz y denunciar lo que está pasando sin quedarse callados. Que el miedo no los paralice.
- Charlas sobre seguridad: Aunque los niños no siempre se sienten cómodos cuando hablamos de cómo deben cuidarse, es de vital importancia que hablemos en casa de los posibles peligros de viajar en un bus. Temas sexuales, violencia, robo o estafa son el pan de cada día en el mundo y los niños necesitan saberlo, no para vivir con miedo, sino para poder responder de la mejor forma ante una situación de peligro.
- Evaluar periódicamente: Revisa cómo va el proceso. Pregúntale a tu hijo sobre sus experiencias en el transporte público, si se siente seguro y cómo maneja las diferentes situaciones.
No es fácil determinar el momento justo en el que nuestros niños están listos para viajar por la ciudad en transporte público, por lo que debemos prepararlos muy bien, darles herramientas y confiar en ellos. El momento aceptado por convención habla de la preadolescencia, pero cada niño es un mundo único. Toma en cuenta la seguridad del entorno, sus necesidades familiares y las características del trayecto. No hay un momento perfecto para todos, pero con una evaluación cuidadosa y la preparación adecuada, podemos ayudar a nuestros hijos a ganar independencia de manera segura.
Recuerda que este es un paso importante en el crecimiento de los niños, y aunque puede generar preocupación, también puede brindarles valiosas lecciones de vida que les ayudarán en su camino hacia la adultez.
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