El cambio de clima puede influir significativamente en la salud de las personas, especialmente en la de los niños y los cambios bruscos de temperatura y las transiciones entre estaciones afectan el comportamiento de varios virus y bacterias, responsables de algunas enfermedades. Seguro escuchaste cientos de veces que los cambios de clima traen enfermedades que atacan a los niños, pero ¿qué hay de cierto en esta idea? La respuesta es "mucho", pues los agentes responsables de producir ciertas enfermedades en humanos y las prácticas y costumbres que desarrollamos alrededor de los diferentes climas, pueden facilitar la proliferación, presencia y contagio de algunos males, sobre todo entre los más pequeños. Si tienes dudas o inquietudes sobre la salud de tu hijo o hija, te recomendamos contar con un seguro de salud, donde tendrás evaluaciones y una orientación adecuada.
Pero hoy queremos explicar la relación entre el cambio de clima y ciertos males, mientras exploramos juntos cómo el frío o el calor pueden afectar la salud de los pequeños y activar enfermedades. Además compartiremos consejos prácticos y simples sobre cómo prevenir algunos males comunes en los cambios de clima.
Virus y enfermedades
Los virus y bacterias responsables de algunas enfermedades comunes en los humanos, requieren ciertas condiciones climáticas para sobrevivir, fortalecerse y propagarse y durante los cambios de clima encuentran condiciones óptimas para hacerse fuertes. Algunos de los patógenos más comunes que se activan con los cambios de temperatura y condiciones climáticas incluyen:
Virus de la Influenza (gripe): Los cambios de temperatura y la llegada del invierno son propicios para la propagación del virus de la influenza. El aire frío y seco facilita la supervivencia y transmisión del virus.
Rhinovirus (resfriado común): Este virus se presenta con más fuerza durante las estaciones de otoño e invierno. Las bajas temperaturas y la humedad contribuyen a su propagación.
Virus Sincitial Respiratorio (VSR): Causa infecciones respiratorias graves en niños, especialmente en los menores de dos años. Suele propagarse en climas fríos.
Norovirus (gastroenteritis): Aunque puede ocurrir en cualquier época del año, los brotes son más comunes en invierno y primavera.
Varicela (virus varicela-zóster): Aunque la varicela puede ocurrir en cualquier época, es más común en primavera y verano. La propagación se facilita en climas cálidos y húmedos.
Sarampión (virus del sarampión): Este virus puede propagarse más rápidamente en climas fríos cuando las personas tienden a permanecer en interiores, aumentando el contacto cercano.
Virus de la boca, mano y pie: El virus de la boca, mano y pie, causado comúnmente por enterovirus como el Coxsackie A16, afecta principalmente a niños pequeños. Se propaga fácilmente en climas cálidos y húmedos, favoreciendo su transmisión en entornos de alta población y contacto cercano. Los síntomas incluyen lesiones en manos, pies y boca, acompañadas de fiebre leve y malestar general
Comportamiento de enfermedades con el cambio de clima
Las enfermedades tienden a comportarse de manera distinta según las condiciones climáticas que los rodean, pues dependen de las temperaturas, humedad, luz, etc. para propagarse:
Enfermedades Respiratorias: Las bajas temperaturas y el clima seco pueden secar las mucosas respiratorias, haciéndolas más susceptibles a infecciones. Además, la tendencia a permanecer en espacios cerrados durante el invierno facilita la transmisión de virus respiratorios.
Infecciones Gastrointestinales: Algunos virus y bacterias que causan infecciones gastrointestinales prosperan en situaciones donde hay cambios repentinos de temperatura. El consumo de alimentos y agua contaminada es un factor adicional en su propagación. Las estaciones de calor son el escenario ideal para algunas bacterias por la rápida descomposición de algunos alimentos, por lo que es necesario tener especial cuidado durante los meses de verano.
Enfermedades Eruptivas: Las enfermedades eruptivas pueden ser más frecuentes en climas cálidos y húmedos, donde los virus pueden sobrevivir y propagarse más fácilmente. Estas enfermedades suelen transmitirse por contacto, por lo que los lugares con mucha gente son perfectas para su transmisión.
¿Por qué los niños son más propensos?
Todos nos enfermamos durante los cambios de clima, pero los niños son más vulnerables a las enfermedades durante este tiempo por varias razones. Algunas de éstas son:
Sistema inmunológico en desarrollo: El sistema inmunológico de los niños aún se está desarrollando, lo que los hace más susceptibles a infecciones.
Exposición en entornos escolares: Los niños pasan mucho tiempo en escuelas y guarderías, lugares donde los virus pueden propagarse fácilmente debido a la cercanía y la alta población.
Menor conciencia sobre la higiene: Los hábitos de higiene, como lavarse las manos correctamente, no siempre son rigurosos en los niños pequeños.
Métodos de exploración: Es importante recordar que los niños se relacionan con el mundo que los rodea a partir del tacto y el gusto, además de sus otros sentidos claro está. Es por esta razón que los niños tocan y prueban todo lo que los rodea, incluso los objetos o superficies menos indicados u otros niños cercanos. De esta manera suelen contraer enfermedades por virus o bacterias con mucha rapidez, por lo que no es extraño que los niños se enfermen con frecuencia cuando van a la escuela, sobre todo al nido.
Consejos para evitar enfermedades
Algunas enfermedades van a presentarse en nuestros hijos con cierta frecuencia sin ser una amenaza real para su bienestar futuro. Aún así, es necesario tomar algunas acciones para reducir el riesgo de contagios durante los cambios de clima y para eso es esencial seguir algunas prácticas preventivas:
- Vacunación: Asegúrate de que los niños estén al día con sus vacunas. Conversa con tu pediatra para saber lo qué les toca a tus niños y toma decisiones informadas con respecto a la salud de tus hijos.
- Higiene adecuada: Enseña a los niños la importancia de lavarse las manos con frecuencia y cubrirse la boca y la nariz al toser o estornudar.
- Ambientes saludables: Mantén los ambientes cerrados bien ventilados y limpios para reducir la concentración de virus y bacterias.
- Ropa apropiada: Viste a los niños con ropa adecuada para el clima, asegurándote de que estén abrigados en invierno y frescos en verano.
- Alimentación balanceada: Una dieta rica en frutas, verduras y proteínas ayuda a fortalecer el sistema inmunológico.
En conclusión, el frío o el calor no son la causa de una enfermedad, pero el cambio de clima sí puede facilitar un contagio en los niños al activar ciertos virus y bacterias que prosperan en estas condiciones. Comprender los riesgos y adoptar medidas preventivas adecuadas puede proteger a los niños de enfermedades comunes asociadas con el cambio de clima. Mantenerse informado y proactivo es clave para garantizar la salud y el bienestar de los más pequeños durante todo el año.
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