Esto es lo que ocurre con el organismo de tus hijos cuando comen muchas golosinas

  • hace 1 mes

Las golosinas, dulces y alimentos cargados de azúcar son una tentación irresistible para muchos niños, y es que vienen en colores brillantes, con envolturas llamativas y adornados con personajes infantiles que llaman la atención de cualquier niño, por lo que estos productos parecen estar diseñados exclusivamente para ellos. Pero ¿qué sucede realmente en el organismo de tus hijos cuando consumen una cantidad excesiva de estos productos? Es crucial entender los efectos negativos que el azúcar puede tener en la salud de los niños y por qué es importante limitar su consumo desde una edad temprana.

Impacto del azúcar en el organismo infantil

Esto ocurre con el organismo de tus hijos cuando comen muchas golosinas

El azúcar es un ingrediente omnipresente en la dieta moderna, pero su consumo excesivo puede tener consecuencias devastadoras para la salud de los pequeños. Cuando los niños consumen muchas golosinas y alimentos azucarados, su organismo experimenta una serie de cambios:

  • Aumento del riesgo de obesidad: Las golosinas suelen ser altas en calorías y pobres en nutrientes esenciales, lo que puede contribuir al aumento de peso y a la obesidad en los niños.
  • Problemas dentales: El azúcar es uno de los principales culpables de las caries dentales en los niños. El consumo frecuente de golosinas puede provocar la descomposición del esmalte dental y aumentar el riesgo de enfermedades bucales.
  • Desregulación del apetito: El consumo excesivo de azúcar puede alterar los niveles de insulina en el cuerpo, lo que puede provocar fluctuaciones en los niveles de azúcar en la sangre y desencadenar antojos de alimentos poco saludables.
  • Riesgo de enfermedades crónicas: Consumir demasiada azúcar durante la infancia puede aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares más adelante en la vida.
  • Exceso de energía y dificultades de concentración: El consumo elevado de azúcar puede llevar a picos de energía seguidos de bruscas caídas, lo que puede provocar irritabilidad, falta de concentración y dificultades para mantener la atención en actividades escolares y cotidianas, además de un cambio en los hábitos relacionados al descanso.
  • Riesgo de adicción: Algunos estudios sugieren que el azúcar puede activar los mismos centros de recompensa en el cerebro que las drogas adictivas. Esto podría llevar a un patrón de consumo compulsivo de alimentos azucarados, lo que aumenta el riesgo de desarrollar una relación poco saludable con la comida a lo largo del tiempo.

El temible cáncer

La relación entre el consumo de azúcar y el desarrollo del cáncer es un tema de investigación activa y continua en el campo de la ciencia médica y nutricional. Si bien no hay una conclusión definitiva, algunos estudios sugieren que el consumo excesivo de azúcar podría estar asociado con un mayor riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer. Además, se ha sugerido que el azúcar puede influir en la inflamación y el estrés oxidativo en el cuerpo, procesos que se cree que pueden contribuir al desarrollo de esta terrible enfermedad.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que la relación entre el azúcar y el cáncer aún no está completamente comprendida y se necesitan más investigaciones para determinar la naturaleza exacta de esta relación. 

Recomendaciones de la OMS sobre el consumo de azúcar para niños

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los niños deben limitar su consumo de azúcar libre (azúcares añadidos a los alimentos y bebidas, así como los presentes de forma natural en la miel, jarabes y jugos de frutas) al 10% o menos de su ingesta diaria total de energía. Esto equivale aproximadamente a 25 gramos o seis cucharaditas de azúcar al día para niños de 2 a 18 años.

¿Deberían los niños menores de dos años consumir azúcar y golosinas?

Los niños menores de dos años no deben consumir azúcar añadido. La leche materna o la fórmula proporcionan todos los nutrientes que necesitan durante este período crucial de desarrollo. Además, la exposición temprana al azúcar puede establecer preferencias alimentarias poco saludables y aumentar el riesgo de obesidad y enfermedades crónicas en el futuro.

Cómo prevenir el consumo de golosinas

Esto ocurre con el organismo de tus hijos cuando comen muchas golosinas

Prevenir el consumo excesivo de golosinas y azúcar en los niños puede ser (en algunos casos) un desafío, pero hay varias estrategias que los padres pueden implementar para fomentar hábitos alimenticios saludables. Aquí hay algunas sugerencias:

  • Modela buenos hábitos alimenticios: Los niños tienden a imitar lo que ven en sus padres y cuidadores. Si los adultos en casa optan por alimentos saludables y limitan su propio consumo de golosinas y azúcar, es más probable que los niños sigan su ejemplo.
  • Mantén alimentos no saludables fuera de casa: Si no tienes golosinas y alimentos azucarados fácilmente disponibles en casa, los niños tendrán menos oportunidades de consumirlos. En su lugar, llena la despensa y el refrigerador con opciones saludables como frutas, verduras, yogur natural y frutos secos.
  • Ofrece alternativas saludables: Proporciona a los niños opciones saludables y deliciosas para satisfacer su antojo de dulce.
  • Limita el acceso a las golosinas: Establece reglas claras sobre cuándo y dónde está permitido consumir golosinas. Por ejemplo, podrías reservarlas para ocasiones especiales como cumpleaños o fiestas, en lugar de tenerlas disponibles todo el tiempo.
  • Enseña sobre nutrición: Ayuda a los niños a comprender por qué es importante limitar el consumo de golosinas y azúcar. Explícales cómo los alimentos saludables pueden nutrir sus cuerpos y darles energía, mientras que el exceso de azúcar puede causar problemas de salud a largo plazo.
  • Involucra a los niños en la preparación de alimentos: Cuando los niños participan en la preparación de comidas y tentempiés saludables, es más probable que estén interesados ​​en probarlos. Además, esto puede ser una oportunidad para enseñarles sobre ingredientes saludables y opciones alimenticias.
  • Fomenta un ambiente positivo en torno a la comida: Evita asociar la comida con recompensas o castigos. En su lugar, crea un ambiente positivo en torno a la comida, donde se valore la variedad, el equilibrio y el placer de comer alimentos nutritivos.

Alternativas naturales y saludables 

Afortunadamente, existen numerosas alternativas saludables para satisfacer el paladar de los niños sin recurrir al azúcar añadida:

  • Frutas frescas: Las frutas frescas son una excelente opción para satisfacer el antojo de dulce de los niños. Son ricas en vitaminas, minerales y fibra, y pueden consumirse en su forma natural o como parte de smoothies, ensaladas de frutas o como tentempiés.
  • Frutos secos: Los frutos secos como las nueces, almendras y cacahuetes son ricos en grasas saludables, proteínas y fibra. Son una opción deliciosa y saciante para los niños y pueden consumirse como tentempiés o como parte de mezclas de frutos secos.
  • Yogur natural: El yogur natural sin azúcar añadido es una excelente fuente de calcio y proteínas para los niños. Puede ser endulzado naturalmente con frutas frescas o miel en cantidades moderadas.
  • Barritas de verdura: La zanahoria cruda cortada en bastones o barritas, es un snack delicioso, fresco que aporta vitaminas y fibra. Apio, tomate en cubos o pepino son perfectos para refrescar, alimentar y entretener a los niños de manera sana.Acompáñalos con Hummus casero.
  • Helados caseros: La fruta licuada y hecha adoquines o chups, es perfecta para los días de calor. Si la fruta está bien madura no necesitará que añadas miel.
  • Galletitas hechas con amor: Prepara galletas sin azúcar utilizando frutas como base. Internet está llena de recetas fáciles y muy saludables.

Es fundamental que estemos conscientes de los efectos negativos que el consumo excesivo de azúcar puede tener en la salud de sus hijos. Limitar el consumo de golosinas y alimentos azucarados, y optar por alternativas naturales y saludables, puede ayudar a promover buenos hábitos alimenticios desde una edad temprana y contribuir al bienestar general de los niños.

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