Las tareas para la casa no deberían causar estrés. Te enseñamos cómo evitarlo

  • hace 8 años

Hay algo que debemos tener claro: las tareas para la casa tienden a convertirse en una fuente de estrés no solo para los escolares, sino también para sus padres. ¿Es necesario llegar a esto? ¿Tiene que ser así? De ninguna manera. En primer lugar porque la tarea para la casa no debería causar nada similar a lo descrito.

Vamos por partes. Es sumamente probable que el estrés de tus hijos esté directamente nutrido del tuyo; ergo, si las tareas fueran un motivo menos de estrés para ti, muy probablemente tus hijos también abordarían el asunto de otra manera. Estos son algunos consejos que puedes tomar para cambiar eso. 

Mientras menos ansiedad y preocupación te generes a ti mismo con las tareas de tus hijos, más felices van a ser todos

Motívalos adecuadamente

Lo peor que puedes hacer es acostumbrar a tus hijos a que asocien la tarea con el miedo que te tienen cuando te enteras de que no la han hecho. Está bien que te preocupe el desempeño académico de tus hijos, pero al aproximarte de esta manera a sus tareas lo que estás haciendo es crear indisposición. Lo peor es que de esa manera vas a evitar que tus hijos entiendan el propósito de la tarea: sacarle provecho a lo aprendido en clase y obligarlos a ejercitar reflejos y conocimientos por su cuenta.

Convierte a la rutina y al hábito en un recurso para relajarse

No debes estar encima de tus hijos haciendo la tarea con ellos. Te va a tomar mucho tiempo y te va a poner de mal humor. Además, no se trata de que los chicos dependan de ti para hacer la tarea, sino de que puedan consultarte cuando tienen dudas o dificultades. Establece horarios con tus hijos y fija cuánto tiempo le va a dedicar a la asesoría con las tareas. ¿Diez, quince minutos? ¿Media hora? El diálogo y la fuerza de la costumbre, así como la disciplina del hábito les van a ayudar con eso. 

Cambia de actitud

Tus hijos no están haciendo tareas para complacerte ni para alcanzar los estándares que estableces desde tu subjetividad. Están aprendiendo y se están formando. Con interés, disciplina y orientación pueden llegar a cumplir con los objetivos del curso y aprender conocimientos que les serán valiosos. Dicho todo esto, tal vez sería bueno que te relajes un poco con tus expectativas excesivamente elevadas. La tarea sirve, entre otras cosas, para equivocarse, afinar destrezas y tener training suficiente para cuando llegue una evaluación.

Ordena los tiempos con inteligencia, no con impaciencia

Tal vez replicar lo que hacías en tus épocas escolares con tus hijos no siempre es lo mejor. Puede que te haya funcionado el sistema de llegar a casa, almorzar y ponerte a hacer tareas de inmediato. Pero tal vez tus hijos funcionan de otra manera. Tal vez les convenga practicar algún deporte primero, dejar pasar un poco de tiempo ocupados en labores de la casa para despejar un poco su cabeza y recuperar interés luego. ¿Por qué no te sientas a conversar con ellos? Algo bueno saldrá de todas maneras. 


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