La infancia es un tiempo de descubrimiento y aventura, y parte de esta experiencia implica que los niños salgan a explorar el mundo fuera de sus hogares. Sin embargo, en este mundo en constante cambio, la calle puede presentar una serie de riesgos preocupantes para nuestros pequeños. En este artículo, exploraremos por qué la calle puede ser peligrosa y analizaremos algunos de los riesgos clave a los que los niños deben prestar atención cuando se aventuran fuera de casa. Además, queremos proporcionar recomendaciones prácticas para que podamos ayudar a nuestros niños a mantenerse seguros mientras disfrutan de su tiempo al aire libre.
La calle es un escenario de riesgos cambiantes
La calle, que alguna vez fue un lugar donde los niños podían jugar libremente, ha experimentado cambios significativos en las últimas décadas. Los avances tecnológicos y la mayor urbanización, han traído consigo nuevos riesgos que debemos considerar al permitir que nuestros hijos salgan a explorar. A medida que la sociedad evoluciona y crece, también lo hacen los peligros potenciales que acechan en las calles.
Riesgos clave que los niños deben conocer
Nuestros niños necesitan aprender a manejarse solos, mientras buscan construir su identidad y desarrollan habilidades como la autonomía y la independencia. Aunque no siempre estemos tranquilos con lo que implica este proceso de crecimiento y autoconocimiento, es importante que demos espacio a los niños para crecer y desarrollar confianza en sí mismos. Caminar por la calle es una de las formas en las que los pequeños aprenden de independencia y autocuidado, por lo que debemos darles herramientas para manejarse de la mejor forma posible en tese contexto.
Pero la calle está llena de posibles riesgos y es muy necesario a prender a reconocerlos.
Tráfico y seguridad vial: El aumento del tráfico vehicular y la distracción de conductores y peatones por dispositivos electrónicos, han hecho que las calles sean un lugar más peligroso para los niños. Cruzar la calle de manera segura y estar atentos al tráfico son habilidades esenciales para el futuro y es bueno empezar desde ahora a entrenarlos en esta tarea.
No respetar las señales de tránsito: Es cada día más común que los conductores de transporte público y privado, no respeten las señalizaciones a lo largo de la calle. Los semáforos parecen ser una sugerencia más que una regla, los cruceros peatonales o veredas son espacios que no se respetan o se cuidan, por lo que los niños deben prestar especial atención al comportamiento de los conductores e incluso de los ciclistas, quienes con frecuencia suben a la vereda a gran velocidad y no respetan la luz roja cuando están en la ciclovía.
Interacción con desconocidos: Los niños deben ser conscientes de los riesgos asociados con la interacción con extraños. Aunque no todos son peligrosos, es vital enseñar a los niños a mantener la distancia con personas que no conocen y jamás recibir algo de una persona extraña o subir a su auto aunque digan conocer a la familia. En casos de este tipo, los niños deben buscar ayuda de un adulto de confianza si se sienten en peligro.
Seguridad en línea: Con la proliferación de dispositivos móviles, los niños pueden estar expuestos a riesgos en línea incluso cuando están fuera de casa. Deben ser conscientes de no compartir información personal y de informar cualquier experiencia en línea que les haga sentir incómodos.
Condiciones climáticas peligrosas: Las condiciones climáticas extremas, como olas de calor, pueden representar un peligro en la calle. Los niños deben aprender a reconocer signos de mal tiempo y buscar sombra además de hidratarse.
Construcciones y reparaciones por doquier: Es muy común encontrar construcciones en casi cada calle de la ciudad. Esto genera un peligro permanente si es que no estamos atentos al camino, pues podemos tropezar con materiales de construcción y caer en un hueco en la verdea o al cruzar la pista. Los niños deben estar muy atentos a estas situaciones y seguir las recomendaciones de los encargados de la seguridad del ciudadano.
Distracciones en la calle: La presencia de vendedores, música alta, ciertos negocios y otros estímulos pueden distraer a los niños y hacer que se desvíen de su camino, perdiéndose o exponiéndose a peligros.
Delincuencia: Cada día la ciudad es más violenta y nadie está exento de ser una nueva víctima, incluso si se trata de niños. Es por esta razón que deben tener presente que no deben mostrar sus objetos personales como celulares, audífonos, tablets o cualquier otro objeto que pudiera ser del gusto de ladrones. No es recomendable que caminen por la calle mientras envían mensajes o ven videos, pues podrían ser sorprendidos por alguna mala persona.
Recomendaciones para un salida segura:
Aunque mucho de la calle puede parecer negativo, es nuestro deber guiar a nuestros pequeños para transitar de manera segura por la ciudad. Estas son algunas acciones que pueden ser muy útiles para enseñar a los niños a desplazarse de manera segura.
Educación temprana: Hablar con los niños desde temprana edad sobre los riesgos en la calle y cómo afrontarlos de manera segura, les dará las herramientas para enfrentar situaciones desafiantes.
Acompañamiento: Acompañar a los niños en sus salidas, especialmente en áreas desconocidas, puede brindarles a ellos seguridad y a nosotros la oportunidad de enseñarles comportamientos seguros.
Establecer pautas claras: Establecer reglas sobre dónde y cuándo los niños pueden salir, así como definir horarios y proporcionar números de teléfono de emergencia, es esencial para su seguridad.
Memorizar un contacto de emergencia: La tecnología nos permite almacenar toda nuestra información en un teléfono que llevamos a todas partes, peor si nuestros hijos son víctimas de un robo, es muy probable que no sepan cómo comunicarse con nosotros desde otro teléfono para pedir ayuda. Por lo tanto es de vital importancia que los niños aprendan de memoria desde muy pequeños su dirección y los números de teléfono de quienes viven con ellos. De esta manera podrán pedir ayuda para comunicarse con casa.
Herramientas de comunicación: Animar a los niños a comunicar sus experiencias y preocupaciones sin temor les permitirá buscar ayuda cuando sea necesario.
Enseñar habilidades de autocuidado: Enseñar a los niños cómo evaluar riesgos, confiar en sus instintos y tomar decisiones seguras puede marcar una diferencia significativa.
Si bien la calle puede presentar desafíos y riesgos, podemos ser guías seguras para nuestros hijos al equiparlos con conocimientos y habilidades para enfrentar cualquier situación. Con una combinación de educación, comunicación y precaución, podemos ayudar a nuestros pequeños a disfrutar de su tiempo al aire libre mientras se mantienen protegidos y ganan independencia y autonomía.
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